miércoles, diciembre 06, 2023

Momentos de dicha

 

 


 
"Armonizando el cuerpo, la mente y el alma, logra la suprema bienaventuranza. 
Descubre al Ser en todos los seres y a todos los seres en el Ser.
Ve que el Todo es Uno y el Uno es Todo .
En verdad te digo que nunca abandonaré ni permitiré que me abandone
 quien Me ve en todas las cosas y ve a todas las cosas en Mí.
Perpetuamente lo tendré sujeto a Mí con las áureas cadenas del amor.
Quien me ve en mi Unidad y me ama en todos los seres, morará en Mí"
Bhagavad Guita

Al despertarme, poco antes del alba, cuando las aves todavía duermen; el burro, al sentirme moverme en casa, relincha llamándome. Max, el Mastín entra y como cual oso, me abraza. Los gatos se asoman a las ventanas y maúllan. Ha sido una noche fría, plagada ya de escarcha. Es un frío rico, suave, que penetra y recompone. En la chimenea quedan unas pocas brasas, por lo que las avivo con unas ramas pequeñas y troncos.

 Es un despertar que rejuvenece al sentir el silencio profundo de la propia inmensidad del campo, con su aire puro alejado de los humos de la ciudad. Quedan unas pocas estrellas en el firmamento, pero en esos momentos que va apareciendo la luz, las estrellas van perdiéndose de vista. Diferentes tonalidades de verdes, amarillos que forman multitud de gamas alfombran las praderas, y las gallinas ya empiezan a moverse con estos primeros rayos de luz picoteando y arañando la tierra, corriendo de un lado a otro, felices de su libertad.

Me hace inmensamente feliz sentir la vida y salir hacia el establo para dar de comer a Trueno. Trinchar la paja con la horca u horquilla, y echar la paja en el pesebre: han pasado más de veinte años de entrar en el establo, luego en el pajar. En ese sencillo  acto de recoger la paja y llevarla al pesebre se resume mi vida estos años. 

Han pasado muchos burros y burras por esta cuadra pero en cada mañana, a pesar de los años, siento la misma dicha. El coger la horca, ese tenedor gigante, y pinchar en la bala de paja, coger un trozo, y llevar al peso ese bocado hacia la bañera vieja convertida en pesebre, me trae a los primeros humanos, a ese degustar la vida en real, sin prisas ni falsas preocupaciones envuelto en ese olor de la cuadra que me gusta, pues la propia naturaleza y mudanza de las diferentes capas de paja y estiércol hacen agradable el momento pues absorben los olores fuertes. Trueno primero come el grano, y más tarde  comerá la paja. Mientras come, reparto también grano entre las aves que picotean al pie de la cuadra, protegidas del viento por el cañizo que he cosido a la valla. Los gatos siguen maullando, pero ahora desde los pies de las cañas.

Maximiliano, el mastín amoroso, mira inmensamente dichoso el acto soberano de todos aquí reunidos amándonos, sin comernos unos a otros, ni devorándonos en codicias absurdas.

De pie, también les miro. En pie permanezco, con la mirada brillante, inmerso en mi mismo, enraizado, presente, plagado de libertad, abierto a la vida, al aire, y al sol. Ligero, con esa sensación de dicha de estar aquí, ahora, a las puertas del establo, cada mañana.

 Gata Cattana -" Como aman los pobres" 

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, diciembre 2023


lunes, diciembre 04, 2023

Notas sobre la atención

 

"La atención nos genera conciencia, la cual es infinita y bella al aunarse a la propia existencia, permitiéndonos volver en un continuo renacer, a sentir la vida con una mayor plenitud" Carlos

 

Posiblemente uno de los fundamentos esenciales y fundamentales de la práctica de yoga sea la constancia sobre nuestra propia atención. Situación absolutamente complicada en los tiempos en los cuales vivimos, pues lo que prima es la dispersión y la inmediatez, ambos componentes esenciales para mantenernos distraídos, y por tanto, seguir generando así, situaciones de dominio sobre la población, y sobre las personas, provocando no solamente circunstancias de dispersión interna, sino de descomposición social y humana entre los propios seres humanos.

Manteniendo la dispersión, no se generan situaciones de rebelión ante las permanentes capas de servidumbre y alienación que nos van colonizando, por lo que nuestra libertad se va cada vez cercenando de modos sutiles, pero groseros y claros. No voy a poner ejemplos, que cada uno se mire a sí mismo, y lo reflexione, puede ser un buen inicio para estar atento.

El yoga es un camino hacia la libertad, y la atención es uno de los pilares. Si nos vamos a la historia y leemos sobre los diferentes grupos humanos o personajes históricos dedicados al misterio de nuestro interior, el personaje fundamental es el Buda. Si estudiamos sus diferentes escritos que nos han quedado en lo que se denominan los canastos de sabiduría, nos damos cuenta del profundo trabajo que realizó sobre la atención: "El Satipatthana Sutta" o "El discurso sobre los fundamentos de la atención plena", es una obra extraordinaria, de la cual disponemos diferentes traducciones, sobre todo del canon pali, y creo sintetiza su investigación.

Al iniciarnos en la práctica de la atención, podemos imaginar, para entender su recorrido, progresión, e importancia, que es una pequeña linterna que emite un pequeño haz de luz, es decir, un conjunto de partículas o rayos luminosos que, naciendo de un mismo origen, -nosotros mismos-, se propagan sin dispersión. Nuestra mente dispersa, compuesta de vibración, inteligencia y conciencia, entre otros aspectos, se unifica, se une en una dirección. Recordemos aquí una de las denominaciones clásicas del yoga: "Unir los filamentos de la mente".

Según vamos practicando el vivir atentos, la propia realidad de lo que somos y de la realidad que nos rodea va cambiando hacia unos espacios más amables, de mayor generosidad con nosotros y con la vida. Digamos que se va acercando hacia una realidad con no tantas subjetividades, ni tanto sufrimiento. Hay una mayor claridad, y ese propio foco va imantando también realidades más acordes con la nueva situación interna. Es decir la vibración de la nueva realidad nuestra atrae vibraciones de realidades acordes a nosotros. Hay un discernimiento de mayor agudeza, es como un bisturí muy fino que corta adecuadamente la existencia asumiendo su totalidad y unicidad en una renovación continua.

 El foco de la linterna va creciendo y el espectro de nuestra percepción también, y la vida nos va apareciendo con una multitud nueva de detalles donde disfrutamos de su riqueza y colorido, de su palpitar.

 A su vez vamos ampliando nuestra conciencia de Ser junto a cualidades que emanan de dicho trabajo  de atención y constancia interna. Nos damos mayor cuenta que lo que somos, y de lo que nos componemos, y eso es maravilloso, pues el conocernos nos ayuda a ir desarrollando nuestra potencial como seres humanos hacia situaciones de una mayor humanidad y comprensión.

La atención clara y dulce va ir apareciendo a modo intermitente hasta que va llegar un momento que se asienta, se queda para siempre habitando dentro de nosotros. Son momentos donde se plantean otro tipo de situaciones que iremos comentando. Pues lo realmente hermoso es la capacidad de la atención de crecer infinitamente, y a su vez, generando la conciencia de la comprensión, y que dicho foco, tenga la capacidad de empapar su circundo, por tanto, de hacer el bien.

 

Trevor Hall "You Can't Rush Your Healing"

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, diciembre 2023

miércoles, agosto 23, 2023

El corazón del yoga

 

"Al mostrarse la Aurora temprana de dedos de rosa,
lo primero de todo al océano divino arrastramos los bajeles,
cargamos las velas y el mástil, los hombres,
embarcando, ocuparon los bancos y todos en fila
comenzaron a herir con los remos el mar espumante" Homero

El dibujo del corazón en la arena es un símbolo desde los orígenes de la humanidad, donde las millones de olas que recorren y borran  sus trazos de eternidad, en un constante fluir de nacer y morir, de iniciarse y recogerse, de recorrer  suavemente burbujeante con una gran fortaleza interior calmada la superficie del mar para volver acariciar la tierra, y deshacer el corazón una y otra vez, en su continuo renacer, nos sirve de ejemplo para expresar el corazón del yoga.

Cómo es posible que en los tiempos que vivimos, con tantas guerras, codicia a doquier, con seres sonámbulos adormilados en su sueño materialista y egoísta; con un planeta, la tierra, que ya ha iniciado sus estertores de fuego entre tanto humo y esquilmación de recursos; y con este panorama en el cual vivimos,  el yoga  mantenga unos modos de vivir la vida, de sentir el planeta, de vivenciar a los seres, bajo premisas tan diferentes a esto homogéneo tan primario que llamamos modernidad.

Lo cierto es que jamas me había hecho la pregunta de un modo tan directo. Sencillamente hace muchísimos años, pude sentir, intuir la esperanza que anidaba en el yoga, y lo que hasta entonces había sido mi vida, quedo atrás, e inicie un camino nuevo, del cual tras muchos años recorriéndolo, me encuentro plenamente satisfecho de la decisión, y profundamente agradecido hacia aquellas personas que plantaron las semillas en mí, y agradezco igualmente en postración a los maestros de antaño, por ser perseverantes en la humildad que supone recorrer el camino del corazón puro.

Pues el yoga es darnos cuenta de nuestras impurezas entre muchos aspectos y por defecto, de la impureza del corazón, y con entrega y amor, vamos limando y dando brillo, sabiendo que muchas veces parece un trabajo inútil, sin meta recurrente, sin ganancia ninguna, pero dentro de nosotros sabemos que no es así, que la mancha es necesaria pues de allí surge la consciencia, y que el yoga es ese continuo equilibrio y descubrimiento de lo que uno es, de lo que la vida es bajo una mirada despierta.

Por ello nos gusta el sabor salado del mar, el mojarnos y nadar aunque sea contracorriente en estos océanos de lo interior, y de la realidad que va surgiendo, y aunque la forma de las apariencias de las olas borren el corazón una y otra vez, nosotros permanecemos como ese mar, unidos en un hilo invisible a ese corazón, sintiendo la profundidad de la existencia con dicha,  inmensamente felices de dicha unión, y nuestro corazón no tiene miedo a estar abierto al sentir, ni tiene miedo al dolor,  no tiene miedo, por lo cual nos vamos enriqueciendo y  nos alimentamos de ello, sin tantas trabas y sujeciones.

Educamos las diferentes partes de nuestro ser : la mente, el cuerpo, el espíritu, para así ayudarnos a sentir,  resquebrajando capas como un picapedrero, donde su martillo es la dulzura y lo sutil, y su cincel la constancia y penetración, sin conformarnos con aceptar estas formas de alienación de lo políticamente y socialmente correcto pues no queremos cegar el corazón, pues nuestro trabajo es sentirlo, y no queremos que nuestro corazón consciencia disminuya, sino que crezca.

¿Eso nos hace especiales? Para nada. El objeto lo dije hace no mucho: conviene transmitir sin llamar la atención, hacia un recorrer de disolución.

Cada vía es aceptable, así como que cada uno genere su propia historia aceptable, y cada uno la narre como quiera.

 El yoga es cambio, es descubrir lo habitual para mutarlo, donde la base es ese corazón que hemos ido alimentando. Aquí depende de que nutre cada uno su corazón.

Resulta curioso que sean fundamentos como la atención hacia aspectos de uno mismo, una interioridad flexible y adaptativa, un silencio hermosísimo,  una escucha amplia y empática, y un respeto primigenio al camino alguna de las bases para ir vislumbrando un corazón lucido que late, y el renacer de un alma de niño  que vuelve a aparecer una y otra vez, aunque parezca que la rutina de lo recurrente o de lo impuesto parezca devorarlo.

Ahí, al fondo, late el amor fresco y la mirada clara, el arroyo que fluye de una fuente serena, la fuente del corazón del yoga plagada de abrazos de primavera y besos de flores.

Telémaco cuando decide salir en busca de su padre Ulises, en un amanecer de dedos de rosa, en un  aparente quebradizo bajel de madera, lo hace tras tomar una decisión, tras ver lo que ocurría en su hogar. De igual modo, seguir el camino del yoga es una decisión al ver el hogar que nos habita.

 

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, agosto 2023

La sonrisa de Julia- "Arroyo claro" 

Lole y Manuel- "Al alba con alegría"

lunes, agosto 07, 2023

El yoga como camino hacia la reducción del egoísmo





"Para apreciar la grandeza de una montaña hay que mantener la distancia; para comprender su forma, hay que rodearla; para comprender sus estados hay que verla al alba y al ocaso, a mediodía y a medianoche, con sol y con lluvia, bajo la nieve y en la tormenta, en primavera, verano, otoño e invierno. Quien pueda ver la montaña de esta manera se aproximará a la vida, que es tan intensa y variada como la de un ser humano. Las montañas crecen y merman, respiran y palpitan. Atraen energías del entorno y las acopian: las fuerzas del aire, del agua, la electricidad y el magnetismo. Engendran vientos, nubes, tormentas, lluvias, cascadas y ríos. Llenan de vida activa los alrededores y y dan refugio y comida a innumerables seres. Tal es la grandeza de una montaña..." Anagarika Govinda


Posiblemente ahora que está tan de moda el yoga, y ya los medios lo usan como referente,y las empresas como uno de los motivos recurrentes en sus anuncios, sea importante recordar que en el yoga lo menos importante es ponerse boca abajo en un lugar público, por ejemplo en la playa ,o en el gimnasio, o ante el alumnado en la sala de yoga, quitándote previamente antes la camiseta para mostrarte con el torso desnudo, o colocar en nuestra foto de perfil del wasap dicha postura, Sirsasana.

 Lo de ponerse boca abajo lo digo como un decir, como una ironía, pues el yoga no consiste en un muestrario postural sino en un modo de vida muy profundo y vivo donde una serie de valores sobre la vida se ahondan y  se comparten, se transmiten y se muestran en una solidaridad ejemplar, donde uno es la parte principal en ese recorrido.

Ese recorrido va menguando nuestro egoísmo, nuestras complacencias, nuestras comodidades, nuestras reactividades, y nos mantiene vivitos y coleantes ante el acto tan hermoso que implica un vivir despierto, donde no es importante mostrarse, precisamente en esta sociedad de escaparate y de colonialismo virtual, sino  que adquieren importancia los pequeños detalles en el día a día, donde el horizonte es cada paso que das, y donde tu espíritu no se encuentra presionado por la codicia ni la inmediatez que te exigen para vivir, y que adquieres como  algo propio para ir consolidando el fundamento egoísta, y sumarte así a este absurdo que nos muestran como algo real y razonable.

El yoga tiene un aspecto revolucionario esencial, y así ha sido siempre. El pensar que porque ahora se encuentre en todos los sitios, y se  registren patentes de las posturas, o hagan yoga con nombres de risa, no le hace perder a esta ciencia milenaria su raíz revolucionaria, ni su objeto de amor solidario y compasivo, de realidad penetrante sin artificios acomodaticios.

Digamos que el yoga resistirá ante tanta gilipollez, pues su corriente emerge del propio misterio del vivir, de la belleza de la vulnerabilidad del acto del ser humano, del hecho de ser un Ser vivo, del milagro de existir.

Andaba por Huelva y observe el hogar de una persona bajo dos bancos, su equipaje eran un par de botellas de agua, y un pañuelo que había encima del colchón, también disponía de un trozo de cartón.

Me río de las hermosas vacaciones pagadas, de las playas llenas, del fin de semana en los centros comerciales, de estar atontaos mirando una pantalla con móviles que valen más que un sueldo mínimo, me rio de ello, ante la realidad zen de ese colchón bajo dos bancos de madera.

Para aprender a ver el universo en Sirsanasa, uno antes tiene que haber practicado durante años la postura de Tadasana, la postura de la montaña. Donde uno se descubre en su eje, con los pies asentados en la paz de su realidad, y donde uno es capaz de mirar a la vida con el corazón abierto habiendo realizado un trabajo meticuloso de presencia ante lo que uno es, y donde uno desde luego, se hace consciente de lo que significa el yoga, y quizás tras mucha práctica en la experiencia del vivir bajo esos fundamentos, uno pueda ponerse boca abajo para menguar un poquito tanto ego solar y dejar que la invisibilidad de la luna nos equilibre para ver el mundo al revés.

 Intro

los Chicos del Maíz-"Paraisos Artificiales"


Artículo escrito por Carlos Serratacó

HUelva, agosto,2023


domingo, junio 04, 2023

Hablemos de enraizamiento espiritual

 



"El acto de ser consciente diluye los contrarios" Carlos


En yoga podemos encontrar varios significados al acto de enraizar. Como en muchas palabras del diccionario, es la propia profundidad de esta ciencia de la vida, hablo del yoga, la que trasciende y profundiza en comprensiones de mayor calado bajo el significado habitual. Su primera acepción etimológica sería "echar raíces" "arraigar" "prender" "dar durabilidad y firmeza".

Vamos aplicar parte de estos significados al sentido interno del yoga. El acto de echar raíces sería nuestra capacidad cognitiva, corporal y espiritual de estar en nuestro presente de un modo continuo sin tantas idas y venidas, y ser capaces de estar con valentía manteniéndonos en el espacio del tiempo del vivir en nosotros en calma, situación que como decimos en mi tierra es"jarto difícil", y de ello nace y prende una llama, que a su vez es espiritual en el ámbito existencial de un sentir  donde la vida se expresa en ti y en aquello que te rodea, y que expresa presencia en lo que es uno. La presencia es intangible, y ni se compra, ni se recibe por gracia divina o por recibir un curso certificado basado en la codicia, nace entre  otras cualidades, de la práctica hacia esa profundidad espiritual.

El enraizamiento no permite muchas pajas mentales, en ese sentido es muy práctico en la vida diaria, pues te quita densidad y situaciones absurdas en cuanto a melodramas que no te llevan a ningún lado. Bajo otro prisma te dota de una desnudez en lo interno donde la vida es más diáfana, y ese propio paso de luz, a su vez se nutre de conciencia, por lo cual, el sentido metafórico de echar raíces en el presente que nos da su savia sabia se cumple.

Si tratamos de explicar lo espiritual podemos decir que en el buceo profundo tanto del yoga, que no es una religión, como en la profundidad de lo sencillo u originario en la diferentes religiones nos encontramos con los mismos sentidos, metáforas, misterios y revelaciones. Es un modo de vivir y de ser bajo una serie de principios que se encuentran hermanados en dichas profundidades. Cada ser es diferente pero si volvemos hablar de sabia, hay una savia común. Una esencia rica e infinita, dulce y amorosa, clara y entrañable, que lo que hace es dotarte de amplitud y comprensión si dejas de ser tú para ser tú, de modo que seas él sin dejar de ser tú, siendo ambos, y ello bañado de una hermosura estremecedora.

Es un andar donde va desapareciendo el mostrarse, tan grosero y obvio, en los tiempos actuales, para ir deshaciéndote en otra situación o modo de vivir que solo cabe experimentarlo en un propio andar que te lleva a la invisibilidad. Sin demostrativos continuos ni para venderte ni para vender. Con la hermosura del vivir es suficiente.

Si volvieramos al primer párrafo y habláramos de una postura de yoga nos daríamos cuenta que siempre es importante sentir aquello que se apoya para crecer en la sacralidad de la esterilla de un modo equilibrado, cuando la propia postura nos lleva hacia el desequilibrio hasta que la comprendemos en su durabilidad y es el hálito vital espiritual de la vida que nos nutre, la respiración, la que nos mantiene y nos recorre calmándonos para ver más allá de lo aparente.

Coque Malla y Anni B Sweet-"No puedo vivir sin ti"

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, Junio 2023

sábado, abril 22, 2023

Un pequeño manzano

 


"El espíritu es dulce si tu práctica es amable" 

Carlos

La foto de la cabecera es un pequeño manzano.

Hace muchísimos meses, un amigo se comió una manzana,

y él junto con su hijita

plantaron la semilla.

Día a día la regaron

y nació un arbolillo.

Cuando creció 

nos lo dieron de regalo a Alba y a mí.

Estuvo fuera unos meses,

pero las hojas se quemaban.

Ahora me acompaña dentro,

en la meditación.

Me agradece el cuidado, 

las hojas me dan las gracias,

y nacen los pistilos y estambres de donde nacerán las flores y manzanas.

Dentro de na

irá a una sombra del campo,

pues mucho sol lo mata y lo quema.

Cada día

plantó la semilla en mi trabajo interior.

Con ello la vida se muestra

en un arcoíris de atención:

dulce, luminosa, amable.

Si me muestro me abraso,

por lo que he aprendido

a ser comedido.

Así me convierto

en una dulce manzana

o en una nube inmóvil.

"Systema Solar- "María Casquito"


Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, Abril 2023

jueves, marzo 16, 2023

Cierta hondura o profundidad

 

" Excepto el Amor intenso,  excepto el Amor, no tengo otro trabajo, salvo el amor tierno, no siembro otra semilla" Ibn ´Arabi 

Según avanza nuestra práctica en yoga a lo largo del tiempo resulta inevitable que nuestra vida vaya mutando, que la realidad se vaya transformando, pues nosotros nos vamos viendo empapados por la lluvia fina de una luz innegable.

Obviar esta situación al no sentirla, muestra que la práctica no resulta adecuada y que las rutinas egoístas y de la propia idiosincrasia de los barrotes invisibles nos siguen sujetando y que lo único que hacemos es engañarnos arañando la superficie.

Ya depende de cada uno discernir su camino y su andar,  e ir encontrando dentro de uno las propias señales, que ante las  sucesivas caídas y cegueras, buscando aquello inefable, le vayan mostrando cómo levantarse y como ir afinando el vivir.

Son tiempos de espejo: uno no para de mirarse en la pantalla que te refleja, simbolizado en el móvil por ejemplo y en su repercusión social, en esos nuevos modos de existir con uno mismo y de hacerse notar en una repetición sin fin como un eco patológico donde uno ni se indigesta de tanto estar lleno.

Pero para profundizar en el alma, que para eso nació el yoga entre otros aspectos, no es necesario estos bucles onanistas, lo que es necesario es calma, pausa y sentido común, escucha, confianza y buenas dosis de humildad y paciencia. Pretender atajar caminos no es posible pues para tener cierta hondura no hay atajos, hay que aprender a bucear en el vacío, dedicándote a cultivar semillas en la observancia vital sin ahogarte y sin creerte algo. 

Pero son momentos de engreimientos y queramos o no, parte del yoga que observamos tiene estos supuestos. ¿Qué hacer ante esta situación?.

La primera dificultad es no darme cuenta de dicho engreimiento, y de su orgullo, ligado a esto tan básico. En estos casos creo que es mejor dejarlo hacer, es decir, no pasa nada aprender bajo estos supuestos. Pues en la mesa del señor hay todo tipo de platos para degustar y cada uno ha de comer lo que quiera.

Supongamos otra situación, que uno siente que algo le falta, siente que tiene sed, siente que todavía hay partes de uno que no se encuentran hermanadas, siente  que no está conforme, siente que ha de andar de otro modo buscando una calma de mayor calado, una mirada de mayor profundidad, en definitiva siente ya cierta hondura.

Pues en esos casos hay que lanzarse a nadar y no desfallecer hasta que uno pueda mantenerse un poco a flote; hasta que uno, como si fuera un bebe, aprenda a mover los brazos y los pies para no ahogarse, y que uno vaya haciendo un mapa de la nueva realidad que se muestra, ya no tan cargada de capas viejas y y con olores rancios, pues ya un amanecer no huele igual, ni sabe con el sabor de antaño, y ahí desde ese nuevo lugar en la infinitud de uno, aprender a vivir y a errar, a permanecer abierto a la existencia, con el cuerpo transformado en ese propio amanecer convertido en el día del vivir y en la pausa de la noche, en un renacer perpetuo.


Hooverfhonic-"Mad about you"

Articulo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, Marzo 2023

viernes, febrero 24, 2023

Los pequeños detalles del yoga

 


 "De la imperfección nace la conciencia" Carlos

Son los pequeños detalles los que conforman una vida , así como la atención a los mismos, hacia aquellos detalles que nos nutren como personas y nos traen la dicha día a día, y que se convierten en un sumando que nos acompañan de la mano y nos van conformando los días, las semanas, los meses y los años.

Los detalles aúnan la realidad, y su suma la unidad. Un yoga adecuado nos imanta hacia la creación y su perenne belleza mediante las propias sutilezas de la realidad que vivimos. Resulta fundamental que dicho yoga se base en la propia experiencia vital hacia lo cual nos ha llevado nuestro propio recorrido interior, donde prima la dulzura y una mirada sin lastres de exigencias ni elementos egoicos absurdos. No es necesario justificarse ante nadie ni demostrar nada a nadie. Uno vive y en su vivir, vive.

La fría mañana con su aire fresco que me acaricia el rostro, la noche que se abre al día en una gama de colores, el canto mañanero de las aves, el abrir el pajar con las gallinas y el burro esperando el grano, Maximiliano el mastín dando brincos de felicidad alrededor mío, el olor de la paja apilada, el color de la tierra en febrero, el despertar de los pequeños retoños verdes en los árboles...

Salir a los caminos con Max, y sentir el polvo en los pies, el camino que cada día me muestra y enseña algo en mi andar, la yegua que se acerca con su cría, la mirada limpia y cristalina, la hierba verde viva, verde plagada de savia...una naturaleza que ama.

Andar entre los libros, tocar, oler, sentir sus vidas, sus enseñanzas, sentarse centrado en las palabras, en su juego, en los mundos que me abren....

El sonido del mar, las olas nunca iguales, el olor a salado, el sabor del mar, la arena que acaricia mis pies, mi cuerpo, el agua fría que me revitaliza, los acantilados que me rodean donde han descubierto en barro las pisadas de los primeros humanos, el canto de las aves que viene del bosque...

Mi hija Alba, mi amor , mi vida, su risa, su alegría, su abrazo, sus besos, su dicha, mi hija.

Mi mirada lucida ante el dolor estos seis años, mi valentía al levantarme una y otra vez, el mirarlo a la cara, sentirme bendecido por tanta fortuna de haber girado la mirada interna y agradecer tanto dolor clarificador, tanta realidad  vacía, desnuda y lúcida.

Las personas buenas que me acompañan, su alegría al verme bien, su honestidad y sinceridad, su querer de hermosa amistad, su modo de mostrarlo incansables, infatigables, admirables.

Sentir el corazón vivo, acariciado con ternura son todos estos detalles que pueden conformar una vida, sentir la plenitud de amar y ser amado.

El yoga es aquello que nos permite afinar y profundizar en la propia realidad de uno, y por consiguiente de la realidad íntima de la vida, e ir resquebrando automatismos mentales, emocionales, físicos, respiratorios, energéticos, espirituales. Es un permanente ahondar en comunión con la propia realidad presencial del vivir, donde la existencia suma y descubre detalles, no juega a consumirlos vorazmente,  y donde uno desde su pequeño lugar en esta tierra maravillosa se permite escribir estas palabras, calmado en mi eje, imperfecto y con alegría serena.

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, Febrero 2023






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