jueves, febrero 25, 2010

El gallito

Hubo una vez un gallo, era un gallo peleón, grande, hermoso, muy chulito él, que sabía bien donde creía pisar, que marcaba continuamente su territorio, y que iba paseando por el jardín de la vida con el pechito hinchado. Le educaron para ser bueno en lo suyo y lo fue en todo aquello que se propuso hasta que llego un punto en el cual el gallo conseguía todo aquello que anhelaba, deseos y proyectos que satisfacían ese pechito lleno de plumitas de colores. Era un gallito arrogante, engreido,prepotente y presuntuoso.

El gallito no se daba cuenta, pero para tener el pechito así de grande tenía que estar en continua tensión, en continua lucha interna, en un continuo esfuerzo de conseguir y de añadir al saco. Pensaba que vivía, pero era un gallo zombi, pensaba que amaba pero sólo era una repetición aprendida.

Era un gallito como en el mito de Sísifo, que subía una y otra vez la montaña con la roca para allá en lo alto ver como caía a sus pies y tenía que volver a empezar en una reiteración infernal.

Poco a poco el gallo fue enfermando, como gallo poderoso seguía sin hacer caso de las señales, hasta que llego un punto en que algo dijo basta, y el gallo bajo la cabeza y la cresta perdió color.

Fue entonces cuando aprendió a detenerse, a observarse, a no ser tan denso, a limpiarse internamente, a abandonarse a la vida deshaciendo las tensiones, y poco a poco fueron cayendo esas plumas de ese pechito, y pudo darse cuenta que tenía un corazón, y entonces decidió seguir el camino de su corazón. Se dio cuenta que tanta cresta reluciente era un modo de huir de sí mismo, de esconder sus miedos, de camuflarse tras la ira, el apego, o rutinas inconscientes que le tenían engañado o de jugar a ser un actor en la fiesta equivocada.

Ahora el gallo se siente más ligero, se nota más inocente, sigue equivocándose profundamente y muchas veces llora por ello, pero por lo menos ahora llora sin tanta cresta y sin tanto pecho hinchado.

Aprendió a estar en calma, y está aprendiendo a amar pues nunca nadie le enseño. Y ese corazón camina ahora confiado y entregado a lo que quiera darle la vida.

A ratos le invade la ternura y el gallo lo agradece, no siempre todo es tan claro pero ahora su andar es diferente, anda menos gallito, disfrutando de los rayos de sol, de la hierba verde, de los girasoles amarillos, del ladrido de sus hermanos los perros y del cercano rebuzno de un burro.
Shakira - "Donde estas Corazón"
Shakira: "Dónde de estas corazón
Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Febrero 2010

4 comentarios:

Peter Wash dijo...

Un gallo le dijo al pavo: "¡Feliz Navidad!". "Tu puta madre", contestó éste. Ese sí que era gallito, jijiji.

Carlos Serratacó dijo...

JEJEJEJEJ, jejeje; tio saca la moto y date una vuelta pa calentar pa unos saludos al sol, jejejejej

Carlos Serratacó dijo...

me parto,,,,ya por fin recuperas tu cordura humoristica tao peter

Peter Wash dijo...

Ashtanga powah!!!

Estoy entrenando lo del saltito, jijiji, eso del perro bocabajo y pasar de un salto a la postura de flexión de pié -¿pada hastasana?-.

Poquito a poco.

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