Cultivando el amor o modos de enraizar ahimsa
posted 21 de diciembre del 2015
"El amor
cura".
"Artículo dedicado a todos los refugiados, a su
interminable andar, a su valentía, a su búsqueda.
Refugiado, no eres refugiado, eres familia, eres
hombre, eres mujer, eres niño, eres niña".
Si nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestra mente fueran un templo
sagrado que requieren el mayor respeto, o un jardín hermoso que
solicita las mayores atenciones, ya habríamos ganado el primer paso para
enraizar la no violencia o el amor.
Es el roce con lo íntimo de uno lo que nos va abonando las condiciones. De
ahí, si ese roce tiene la dirección adecuada, el sentido profundo correcto,
surge el sentir. Sentir es que siento, despierto mi sensibilidad,
la despierto poco a poco desde lo profundo. Ese sentir me da comprensión de mí,
y del mundo. Lo externo deja de ser tan agresivo, tan tenso, tan fragmentado, pues
la sensibilidad te va uniendo, creando unidad entre los fragmentos. Ya no hay
mil yoes. Hay un sentimiento muy grande. Eso es amor, amor que nace de lo
íntimo, no amor conceptual.
Junto al sentir está ese centro del que tantas veces hemos hablado. El
centro se siente dentro, es físico, es mental, es emocional. Su eje es
la columna vertebral, todo el sistema nervioso. Su centro, el corazón, que nos
late y late el mundo. Sus pies, la realidad del enraizamiento. Su espíritu, el
hálito que respiramos. Su cielo, esa mente que, penetrándola, te muestra el
silencio que todo lo invade. En el silencio siento, veo y amo.
Un sentir, un centro. Sumemos más cositas: la presencia, que
es un estado de ser. Es decir, el ser, aquello que no es los mil yoes, se va
manifestando. Uno es consciente y, como digo a los alumnos, todo es excusa para
alimentarlo. Vivir, no tan perdido en las vaguedades de una mente ansiosa o
profundamente egoísta, anclada en pasados dichosos o sufrientes, o proyectando
vaguedades que alimentan alguno de aquellos yoes. Vivir siendo. Vivir educando
la atención en tu hilo de la existencia. Vivir estando es lo mismo que vivir
amando.
Un sentir, un centro, la presencia. Sigamos sumando: si soy, si siento, si
estoy centrado, si hay un corazón, nace entonces la entrega.
Simplemente te entregas, nada más. Te rindes, sin más explicaciones. En calma
eres, y eres dando como eres. No hay momento, hay entrega. Rendido solo cabe
sonreír, dichoso. Es una sonrisa que nace y evoca el corazón.
Un sentir, un centro, la presencia, la entrega. Todos ellos son una
realidad. Todos podemos acceder cultivando con atención el jardín hermoso,
respetando con profunda reverencia lo que somos.
¿Somos? Somos, somos todos.
"Gracias, pan; gracias, panadero; gracias, transportista de pan;
gracias, agricultor; gracias, semilla; gracias, tierra; gracias, lluvia; gracias, aire."
2 comentarios:
Gracias por no renunciar a tu papel de guía.
Gracias por la luz. Seguimos...
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