domingo, enero 17, 2016

La preocupación del tener. (Notas sobre el yoga como revolución del corazón)






 La preocupación del tener
(Notas sobre el yoga como revolución del corazón )

posted 17 de enero del 2016

"La manera de hacer es ser"
Lao-Tse

Vivimos en una sociedad  en permanente preocupación. Nos  encontramos preocupados por cualquier cosa.
Me preocupo en el trabajo, andando por la calle, por la cuenta del banco, por la hipoteca, por preparar el almuerzo, porque me aburro el fin de semana, por lo que sea. En una gran ciudad, si viajas en metro por ejemplo, y el vagón va a reventar, no observo ningún gesto relajado, son cuerpos y semblantes cansados, tensos, preocupados.

Vivimos en una  sociedad donde, si uno es un triunfador, es una  persona genial, y no solo eso, resulta que también eres buena persona. La educación y los propios medios de comunicación social retroalimentan todo ello. El propio orden social te explica que el único camino es ese.

Vivimos en  una  sociedad capitalista si no recuerdo mal, donde el objeto último es generar un capital y obtener beneficios, y en la que el fin vital de todo ello, en mi pueblo, se llama codicia. 

Vivimos en  una  sociedad donde se fomenta un consumo que yo consideraría compulsivo. No solo eso. Si profundizamos: si consumes, tienes y, si tienes, eres. Es decir, al comprar el producto, soy. Si reflexionáramos un poquito, eso no se acaba nunca, pues el tener es algo efímero. Y lo que es aparente no es. Por tanto, aunque yo crea que soy, no lo soy.

Cada vez hay más personas insatisfechas, o con desórdenes de todo tipo producidos en parte a consecuencia de lo que estoy hablando. A la par hay una industria que cubre dichos desórdenes, carencias o, preferiría llamarlos, desequilibrios.

Queda claro a estas alturas de blog que el yoga me ayuda a comprender mucho de lo que escribo. El yoga es revolucionario, aunque él, simplemente, es  yoga.  A mi entender es un motivo de alegría intenso saber con una certeza íntima que el yoga te transforma el corazón, por tanto, la  estructura de  la  persona, en  todos los ámbitos, de cabo a rabo. Todo ello es una esperanza hermosa, de ahí la intensa dicha.

Por ello escribo en el blog, para explicar que hay otro modo de vivir la existencia,  y es un modo que te nutre como ser humano, y que te enseña a disfrutar de tu potencial como persona. Como persona que tiene un corazón, un alma, un espíritu.

En el yoga no te vale con tener, es decir, no te vale con  realizar la  postura y ya está. Eso sería un modo de  poseer algo que no puede ser poseído. Por eso hablo tantas veces  de no perderse en "postureos". La postura es algo infinito en su práctica y en su simbología. Es decir, como símbolo de lo que uno es, es infinito, y darte cuenta que es así te quita muchas tensiones, muchos esfuerzos innecesarios, mucha energía desperdiciada sin sentido.

Todo ello surge de uno cuando se encuentra en asana, porque, en realidad, la postura te abre y te hace darte cuenta de los desechos, de lo caduco, de lo repetitivo que hay dentro de  ti, y eso es algo maravilloso. Te desnuda.

Recordemos que el camino en yoga es hacia el ser.  El ser es lo que soy sin disfraz. Aparece un Yo real que observa su realidad y no se esconde tras algunos de los disfraces, y que decide en qué escenario estar y vive su vida en comunión con todo lo que es vida. Tras ese Yo real hay un corazón.

Vamos a seguir hablando de las enseñanzas del yoga en lo cotidiano con ejemplos concretos. Nos vemos.





Artículo escrito por Carlos Serratacó


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