domingo, mayo 05, 2019

Las nubes y el ancla en una postura de yoga, primeros pasos



"Uno se convierte en aquello que medita"
Satapatha-Brahmana

-Papito, ¿tú sientes una explosión de amor?
-¿Qué quieres decir?
-Lo que yo siento cuando estoy contigo, o cuando te echo de menos.
Alba y su papá


La metáfora-símbolo que usábamos era que el cielo era la vida psíquica. Comentábamos que existía una tierra, y recordábamos que, al realizar la postura, todo consistía en este recorrido entre ambos lugares: lo que trazaba un mapa interno mediante la atención.

Ese mapa interno es lo que somos nosotros en ese momento por dentro.

Al realizar la postura de yoga van a aparecer nubes en el cielo. Esto significa que me voy a distraer con cualquier cosa, por ejemplo:

Surge una voz interior que puede decir: "tengo que ir a dar de cenar a los nenes", o "me molesta el brazo", o "¡que bien lo hago!", o cualquier nube que surge en la mente.

A esas nubes las llamo distracciones. En realidad es fragmentación. Uno de los objetos del yoga es calmar dicha mente y cuerpo, y unificarla poco a poco. Eso significa que ya no hay tantos pensamientos ni tanta distracción: hay presencia, ya no te distraes con los pensamientos/nubes que aparecen, y no te vas detrás de ellos. Es decir, no te identificas. Vives tu presente y lo aceptas.

Resulta muy importante en estos inicios, a mi entender, dos aspectos que me gustaría destacar:

El primero es que tenemos que ser conscientes, es decir, tenemos que experimentar que tenemos que vivenciar la postura en ese momento, darnos cuenta de ello en el mayor ámbito posible de ese mapa hablado. No permanezcáis estáticos, hablo en el sentido de estar distraídos o estando "dormidos como un maniquí", en la inopia. Tratar de no caer en la banalidad de luchar por hacerlo bien. En eso no consiste el yoga. Por ello, es bueno desde un inicio educarnos hacia la dirección de estar en presente, y, a ser posible, estructurando mediante la presencia de la humildad. Entrar en una profundidad tan amplia como el misterio de la vida requiere serenidad, sosiego y humildad, y así nos lo muestra la historia en las diferentes vías de recorrido interior.

El segundo tema que podríamos sumar a lo comentado hoy es que, cada vez que nos distraigamos, podemos educarnos en volver al presente con trucos. El truco esencial sería sentir mi respiración. Por ejemplo: realizo la postura, soy consciente del pensamiento-distracción, respiro, y vuelvo a mí. Ese sería ese eje tierra/cielo. También puedo poner la atención en cualquier parte del cuerpo que quiera, así el cuerpo se convierte en ancla para educar hacia la realidad.


Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Huelva

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