sábado, septiembre 10, 2011

Atardece



Vamos hacia arriba del acantilado, buscamos un buen observario para ver el atardecer. Igual que nosotros muchas personas se han concentrado en lo alto. La bruma nos envuelve. El cielo, el aire es denso de luz. Somos sombras en una luz que se apaga. Somos luces que brillaremos al día siguiente. Me tumbo en el suelo, entre las rocas. Oigo las olas chocar contra los acantilados. Oigo el aire y la bruma. Huele a mar. Minúscolas gotas agua salada nos envuelven en una niebla densa.

Todo es tan sobrecogedor que tumbado cierro los ojos y respiro profundamente una y otra vez sintiendo lo que me ofrece el fin del día.

Cada momento, cada instante, que se va, y ahí presentes todos alucinando de lo bello, la vida como un amanecer y un atardecer, los momentos que van y vienen. La lucidez de saber olerlos, disfrutarlos, vivirlos, de no dejarlos escapar.

Un instante en nuestra vida. Sentir su presencia.

Santana. Samba Pa Ti 

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