domingo, septiembre 11, 2011

Yama y Niyama, de la esterilla al corazón, (ética del yoga) (2)


Hablábamos el otro día de Yama y Niyama, esos principios que a mi entender surgen de la propia práctica del yoga. Comentaba que más adelante trataré cada punto en profundidad. Ahora simplemente dejamos alguna semilla para su reflexión.

Vamos a comentar los cinco principios de Yama:

Ahimsa lo hicimos el otro día, recordemos que era la no violencia. Lo interesante era que todo surgía de estar contigo mismo realizando una asana, de ahí aprendías a respetar tu cuerpo y a no hacerte daño. Añadamos algo más de ahimsa. Ahimsa aunque suene muy fuerte es amor. Si uno se respeta y no se hace daño, se quiere. Frente a la violencia, amor. Nuestra relación con nosotros mismos y en su defecto con los demás alcanzan su esplendor cuando se basan en el amor, no en la violencia. Ya hablaremos de los modos de violencia.

Satya, decíamos que se traduce como la verdad. Poco a poco te vas desnudando interiormente. Lo que más me gusta es que llega un punto que no caben los camuflajes y es increíble que todo ello surja de una práctica con tu esterilla. Es decir, no cabe engañarte. La asana, la postura te desnuda en lo que eres. Puedes seguir actuando en tus pequeñas mentiras; alimentar un ego sin sentido, si quieres también, pero no estarías en tu verdad, estarías actuando en arenas movedizas. La verdad te enraíza. Te da raíces, y de ahí puedes crecer con sinceridad.

Asteya, se entiende como no robar. Entiendo que no es en el sentido clásico del término. Todos estos principios son algo más sutil. Si estoy en asana pero estoy pensando en las musarañas, es decir, no estoy en mi respiración, en mi cuerpo, con mi atención puesta en postura, simplemente me estoy robando. A partir de ahí podemos extrapolar de no robarnos salud, cariño, atención, etc. Y no robar a los demás su trabajo, su tiempo, su espacio, sus emociones, etc. Hay auténticos expertos en el robo sutil. Ahondando en las diversas reflexiones que nos da el yoga, encontramos respuesta a todo ello. Lo ideal es no caer en reactividades, y darnos cuenta de lo que nos robamos, y de lo que nos roban. De este modo llegaremos al centro, a estar más centrados.

Aparigraha, se traduce como no acumular. Por ejemplo un camino no adecuado sería que en la esterilla puedo acumular posturas inverosímiles, y sentirme emocionalmente invencible, lleno y henchido, y avaricioso en espíritu. Bien, aparigraha es algo más hermoso, es sentirse ligero, libre de acumular cargas materiales, de sentimientos con bucle, de historias interiores sin sentido. Aparigraha es vivir no aferrado, no tener miedo a perder.

Brahmacharya, otro término que me gusta comprenderlo, no como una contención sexual, como se entiende muchas veces. Sino como un aprendizaje de aprender de nuestra energía, de usar nuestra energía de tal modo que no nos desgastemos inútilmente. Pasa mucho en postura que la meta te puede, es decir estas en postura, pero estas tenso, hay una vibración de tensión, no se sabe equilibrar tono, actitud, respiración y cuerpo, y ello genera una energía de tensión. Aprendiendo a usar la energía justa, vivimos en una vibración más equilibrada, no estamos en ese stress permanente de demostrar algo, sólo estas.

Oumou SANGARE - Ne Bi Fe (I love you) 

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