martes, junio 28, 2011

Lo denso y lo ligero

                                                                   


Preguntaba en clase que por qué la meditación nos daba claridad. Me respondían:

-Al estar centrada, me encuentro menos dispersa -decía una alumna.
-Tengo claridad porque vivo mi presente  -decía otra.
-Yo me siento más ligera -comentaba una tercera.

A veces, hemos usado una serie de metáforas para dar un poco de comprensión a la meditación o a las mismas interioridades que nos da la práctica de asanas. En el caso de la meditación, decíamos que es la sensación como de vaciar una botella que se encuentra llena.

O cuando tenemos nuestro hogar lleno de cosas, hasta arriba, o el mismo trastero y, poco a poco, decidimos vaciarlo.

O cuando observamos el horizonte y lo vemos lleno de construcciones, de casas y edificios. Y nos movemos, por ejemplo, hacia el mar, y el horizonte es solo mar.

Supongamos que, al vaciar, lo que hacemos es abrir puertas, y ello nos hace sentir ligeros y que, al contrario, al estar llenos, densos, las puertas permanecen cerradas. Supongamos que, al estar cerradas las puertas, todo nos pesa y que, al abrirlas y entrar el aire, una brisa fresca nos llena de vida.

Inconscientemente, nos encontramos bajo la rutina de las mismas emociones, de los mismos gestos, de las mismas respiraciones, y parte de ello se convierte  en carreteras de sufrimiento que nos llevan a las grandes constelaciones emocionales, que, a su vez, se convierten en grandes construcciones perfectamente estructuradas.  El acto de meditar nos vacía -de tanta construcción, de tantas botellas llenas, de tanto trastero lleno hasta arriba-, y nos permite que la realidad de estar sentados y sentir nuestra respiración nos traiga calma y, por momentos, nos vacía y nos permite vivir lo que somos. Y, si uno se vacía, cabe la posibilidad de traer nuevos amaneceres a nuestro interior.

La meditación nos trae calma y, ante la dispersión, la calma da claridad. La claridad es lo ligero frente a la densidad de lo opaco.

Sin darnos cuenta, nos hacemos densos, y ello solo trae reactividad.

La reactividad es una inconsciencia que nos evade del presente, pues es una carretera ya hecha y estructurada. Es más fácil irse en viaje organizado que a la aventura. Es más fácil tener miedo que no tenerlo. Tener la ventana cerrada que abrirla. Satisfacer mi ego permanentemente dejándole que cumpla todos sus deseos, que tener calma y vivir de un modo más simple, no permitiendo al ego que cumpla todos sus caprichos.

Lo ligero es ágil, lo duro quebradizo. La mente, cuanto más libre de cargas, más flexible se sentirá; el cuerpo, si es ligero, tendrá menos enfermedades; la respiración, si es fluida, suave y profunda, será más enriquecedora en todos los aspectos.

Es difícil huir de la densidad. Yo me dedico en mi profesión a dar clases de yoga, pero caigo una y otra vez en lo denso. Reconozco las construcciones y muchas veces añoro el horizonte del mar. Y trato de no desesperar, tener paciencia, y vivir dando lo mejor de mí como persona. Pero lo denso, la sombra, acecha. Por ello, busco la luz en mi día a día, tratando de dar conciencia a mis actos, tratando de vaciarme de las rutinas de sufrimiento abriendo todas las puertas que puedo. Tratando de ser ligero. No siempre lo logro, pero hago lo que puedo. Y voy avanzando como una hormiguita, voy disfrutando de lo hermoso de dar, de amar, de cómo ello te hace libre de tanta neurosis que nos puebla. Y soy consciente del juego de la ambivalencia, de ver que tras la noche viene el día, que tras la luna nos ilumina el sol.

Solo  puedo decir que mi hogar mora en mí y que, una vez que sea plenamente consciente de ello, me daré cuenta de que mi interpretación de la realidad será mucho más luminosa.


Puertas y ventanas abiertas para ver el hermoso cielo.


Soda Stereo - Cuando pase el temblor

viernes, junio 17, 2011

Un "limonsito", un amanecer y un mar amarillo


Desvelado, me levanto al amanecer y echo mucho de menos el campo, el aire, la tierra y al pequeño Poirot, al Prana, a Thor, y a Azabache, mis perros. A Coquelico y a Mariano, los burros. Amanece y amanece, y parto para el campo buscando algo, apaciguando un estado. Las fábricas siguen echando humo entre retazos naranjas borrosos mientras con el coche avanzo lentamente por la autovía.

En casa, todos me reciben alborozados, se les ha hecho muy duro ya no viva allí. Y empiezo con las tareas de llenar de agua los bebederos, que son muchos y he de hacerlo tranquilo para no desperdiciar el agua. Dejar preparada la comida para un par de días, apilar la paja para los burros y el pienso para los perros. Dejar el maíz y trigo para las gallinas.

He plantado frutales este año, por lo que debo estar permanentemente atento pues el sol ya es abrasador, y he de cuidarlos con mimo para que estos primeros años se hagan fuertes y crezcan adecuadamente.





He plantado entre otros árboles, un pequeño limonero, de sus pequeñas flores blancas ha nacido un pequeño limón, y la verdad, lo he visto hoy, y me ha enternecido. Las razones, "ni idea", no siempre hay razones  para los sentimientos.

Y la mañana ha ido pasando entre las faenas habituales, he procurado disfrutar cada momento que podía, y he permanecido en "escucha", en escucha de lo que sentía.


En un mundo donde todo va de prisa, donde nuestra frase preferida es "no tengo tiempo", el llegar al campo y ver como los arbolitos van a su ritmo, las sandías en el huerto al suyo, las gallinas ponen los huevos cuando les apetece, hacen que me encuentre con esa realidad en vivo, y eso me haga detenerme y decir "¿por qué tanta prisa?".

Hemos convertido las frutas, las verduras, los animales en meras maquinas de producir. Ni sabemos lo que comemos, ni de dónde viene. Las empresas tecnológicas producen semillas que sólo dan el fruto una vez. Ya no puedo guardar las semillas de un año a otro, he de volver a pagar por ellas.

Me gustaría saber ¿quién hace mi pan, quién cultiva mis tomates de la ensalada, quién ara esa tierra?. Me gustaría agradecerle su esfuerzo, su amor por lo que hacen.

El pequeño limón me enternece, y me alucina lo lento que crecen los árboles y la verdura, y como, si yo les cuido ellos me lo agradecen dándome su fruto, y los arboles su sombra, y de esa sombra surge un aire delicioso que me calma el calor de la piel. No estoy por encima en esta tierra. Compartimos algo: un modo de vivir, una intención en el fluir.

Vuelvo a la ciudad a las clases.

Flores amarillas me persiguen mientras vuelvo, son tan hermosas.

El tiempo siempre es mental. En yoga la postura, la asana me hace sentir mi cuerpo y mi respiración y me pone en contacto conmigo. Ahora en el campo, la tierra me conecta, su saber estar me enseña, me da la oportunidad de ser por breves momentos un velero que fluye en un sentir eterno y hermoso, olvidándome de trabajos, listas interminables, hipotecas y demás quehaceres. Me da aire.

lunes, junio 13, 2011

El pequeño arco iris


La felicidad, como los sueños, a veces son tan etéreos como el arco iris de la foto. Pero cuando se materializan nos llenan el alma de colores.


Hemos comentado alguna vez que muchas veces pensamos que la vida es lineal, que las cosas ocurren porque nos apetece, y que todo lo que pensamos o soñamos se cumple, y porque a veces todo eso no ocurre nos llenamos de infelicidad, o de frustración, o de enfermedad.

La vida está claro, no ocurre de acuerdo a nuestros parámetros, sino a los parámetros que su fluir lleva.

Es como si yo pensara: “ Tuve una vez un hogar en el campo, y un Centrito en Huelva”, y ahora al no tenerlo eso me hiciera infeliz. Y yo agarrado a ello pensara que los sueños vuelan y la vida te los roba, y que eso fuera una injusticia, y todo ello me produjera lo comentado anteriormente: infelicidad.

La meditación, la concentración, nos hace ver con claridad algunas situaciones y me hace pensar de otro modo:" Estoy muy feliz en mi hogar en la ciudad, me encanta diariamente regar las semillas que me permiten ser feliz, y la Asociación me colma pues plasma mi entendimiento del yoga, y me permite dedicarme a enseñar e investigar y ayudar, y todo ello me permite ahondar en todo lo que me hace feliz."

Lo que quiero decir es que uno si uno educa su mente desde la calma, desde una cierta ética, la vida de un modo natural va colocando todo en su sitio, sin tantos esfuerzos, sin tanto daño, sin tantas situaciones lineales, sin tantas frustraciones. Sin tantos nubarrones.

De tanto querer uno no se da cuenta muchas veces de lo que tiene delante, que es su propia realidad. De tanto desear uno se pierde. A veces estamos más atentos a lo que hace el otro, que de lo que es nuestra vida. Todo, a veces, es una excusa para la permanente dispersión.

Me gusta el yoga porque me permite estar conmigo, vivir mi realidad, observar como mis sueños unas veces vienen y otras van, mirarme con mis afectos y defectos, aceptarme, cuidarme de un modo permanente, amar de verdad, y no conformarme, ahondando en aquello que puedo transformar, de modo que el pequeño arco iris aparezca más veces, y yo pueda sentir sus colores en mi corazón.



Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Junio 2011

martes, junio 07, 2011

En la ciudad


Por motivos personales ahora vivo en la ciudad. He vivido 16 años en el campo. Lo echo mucho de menos y vuelvo permanentemente para cuidar de él, pero ahora ya vivo en la ciudad. Lo realmente importante es que me encuentro mucho mejor de salud, y muy arropado y querido.


Noto mucho el cambio, por ejemplo, el ruido permanente de los coches, día y noche. Es como un fondo perpetuo que no para. Al principio me costaba mucho dormirme, ahora ya va todo bien y descanso por las noches.

Los olores son diferentes, hay más claridad de olores en el campo, aquí todo es más denso. Y por tener las fábricas pegadas a la ciudad noto muy claramente el olor de la contaminación.

En el campo se agudiza el oído, y ahora desde el piso, me llegan los sonidos de otros pisos, y doy nombre a los ruidos que oigo: “Se ha puesto a llorar el bebe de la de arriba”, “Se ha enfadado el de al lado pues está hablando muy fuerte a su mujer”. “Yo no oigo nada”, me decían en casa, y yo decía “pues yo lo oigo”. En el campo es importante tener el oído atento, por ejemplo a los ladridos de los perros, pues en la soledad, mis amigos los perros con su ladrido me avisaban si pasaba o no pasaba gente cerca, o si a lo lejos alguien se acercaba, o si había peligro. Y los burros con su rebuzno, si algún equino andaba por la zona, por los caminos. O los pájaros o la luz la hora que era.

El cielo también es muy diferente, hemos pasado de la inmensidad, de la profundidad a tener trozos de cielo.

Estoy contento de estar en la ciudad, como cuento, me ha costado adaptarme pero soy feliz, y eso es lo realmente importante, me hace gracia pues parece a veces que hubiera bajado de las montañas y estuviera domesticándome, y en realidad es así, me estoy domesticando de cuerpo, de emociones, de respiración, y socialmente a la nueva situación.

La ciudad me trae al Madrid donde me crié, y eso también me hace feliz.

Ahora tengo cerca las clases de yoga, ahora me encuentro más descansado, y no subo y bajo al campo diariamente. Todo se hace más fácil.

El yoga nos enseña a adaptarnos, a ser conscientes de las nuevas situaciones y a ser flexibles, a saber reconocer las resistencias y trabajarlas, a positivar las emociones, a reconocer el viaje y no el fin, y a pesar de las añoranzas y los recuerdos a vivir el presente entregado a él, sacando el jugo de las situaciones que nos pone delante la vida, a vivir la vida sin dar demasiadas vueltas a porqué ocurren las cosas.

Burning con Antonio Vega-"Qué hace una chica como tu..."
http://www.youtube.com/watch?v=veSPlR972Rk

Nacha Pop - La chica de ayer
http://www.youtube.com/watch?v=4xU12NYLj4k&feature=related





lunes, junio 06, 2011

Fin de un ciclo de Formación


Han sido tres años muy intensos.


 Han sido tres años muy hermosos, llenos de experiencias y aprendizajes mutuos.
Creciendo todos de la mano en un viaje largo, cargado de sentires, de corazones, de ausencias.Todos juntos.


El fin de semana acabamos la formación para profesores de yoga. Las semillas ya han florecido y cada flor campa libremente en su camino.

Devi Prayer - Hymn to the Divine Mother
http://www.youtube.com/watch?v=MZ0h1sb1IFI&feature=related


viernes, junio 03, 2011

Poesía de Benedetti: "Defensa de la alegría"




Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas



defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias

y los graves diagnósticos



defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias



defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres



defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa



defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría

Poesía de Mario Benedetti


lunes, mayo 30, 2011

El gatito atento


Uno puede conquistar un continente y tras el paso de los siglos su estatua convertirse en un buen lugar para que descanse una paloma. A veces nos sentimos inmortales y sólo somos la brisa de una tarde. De ahí que cada momento sea algo maravilloso a lo cual entregarnos sin miedo y con confianza.


Andando por Essaouira, por una de sus callejuelas, di con una librería, buscaba un libro. El lugar, de pequeñas dimensiones se encontraba lleno de libros y antigüedades, predominaban las máscaras africanas y los amuletos.

Me gusto el gato encima de una de las vitrinas de los amuletos. El gato es un ser libre. Es un ser yoguico. Relajado vive cada instante. Es remolón una veces, arisco otras, amoroso, flexible de corazón. Se encuentra permanentemente atento, parece como si su conciencia estuviera encendida a modo panorámico hasta cuando duerme.

He tenido a gatos a los cuales he amado mucho.Siempre he aprendido mucho de ellos para mi práctica de yoga. Haga lo que haga el gato se encuentra "vivo", "despierto", "pleno" y profundamente relajado.



Somos dos locos entre Moguer y Beas que estamos criando burros. A mi amigo Jesús le ha nacido hace un mes un burrito. La primera vez que ví uno sentí tanta ternura que me parecía que ese osito de peluche tenía que compartir conmigo muchas cosas. Y así es, ahora llevo dos años criando a Coquelico, mi burrita, con la idea que dentro de tres o cuatro años nazca un burrito o burrita tan hermoso como el de la foto.

Los burros desaparecen, se extinguen. Me hace feliz compartir momentos con ellos y ahondar en otros modos de ternura, con un animal que desde tiempos inmemoriales convive con el hombre, y al que la mecanización y la productividad llevan al olvido.



Y han pasado los siglos y el yoga sigue vivo, abriendo los corazones, uniendo a las personas. Permitiéndonos ver tras la práctica una ventana de libertad, de aire, de brisa, de espacio.

Hubo un tiempo que me sentí una estatua que deje que la vida pasara sin "despertar" a lo que soy, ahora no es así, ahora siento la brisa en mi piel. Siento tantas cosas que a veces creo que no puede ser cierto, y entonces respiro y agradezco a la vida la fortuna de no ser una estatua.


Miles davis et John Coltrane - So what
http://www.youtube.com/watch?v=P4TbrgIdm0E&feature=related

domingo, mayo 22, 2011

Cádiz y el escuchador


Estuvimos el fin de semana en Cádiz, para encontrarme con mi madre y mi hermana, que venían desde Madrid. Ha sido un “finde” tranquilo, lleno de paseos y de charlas, y siempre con la alegría de volver a encontrarme con la familia.

Hace más de 16 años que salí de Madrid, estuve primero por Galicia, luego por Sevilla, y ahora en Huelva. Pero durante años, cuando estudiaba, cada escapada que hacía, era hacia Cádiz, hacia Caños de Meca, hacia Bolonia, hacia Zahara, hacia Tarifa.

El amanecer y atardecer  densos en colores, el mar tan acogedor, la vista a África, el paso al Mediterráneo, la hermosura de sus playas en ese momento no violentadas por tanta construcción. Todo ello me traían una y otra vez a sus playas.

Y este fin de semana, todo me ha venido de golpe: los viajes interminables, los campings, el dormir en la playa; el imaginarme cuando en Caños, sentado en el interminable Palmar de entonces, junto al faro, metido desnudo en un circulo hecho de piedras que me protegía del levante, me alucinaba la batalla de Trafalgar ahí delante; o cuando buscaba andando por la arena del amanecer los restos de los mástiles, o algo que trajera el mar con la marea, alguna concha mágica para convertirla en mi amuleto de la suerte.

Hubo un tiempo por entonces, que viví en la playa durante un par de semanas, tenía 20 años, y acabe allí pues se me acabo el dinero para pagar el camping Camaleón, y entonces nos juntamos mucha gente interesante en la playa.

Y por la noche, a la luz de la fogata:

me prometí que iba a escuchar todo lo que tuvieran que contar  aquellas personas únicas y maravillosas con las cuales me había tocado vivir, que no iba a interrumpir, y que iba a procurar ser lo más comprensivo que pudiera con lo que me dijeran, que no juzgaría, ni tampoco intentaría que mi opinión fuera ganadora en ningún dialogo, simplemente me dedicaría a escuchar. Y durante dos semanas escuché y escuché, y viví mas intensamente todo, aprendí mucho del silencio, de lo interesante que resulta tener la atención en el otro, de lo alucinante que resulta la vida de muchas personas, lo importante que es tener sujeta la lengua por un rato.

Luego en mis paseos ahondaba en el silencio que iba aprendiendo, comulgando con la arena mojada que pisaban mis pies, o con el ruido suave del reventar de las olas, o con la brisa que me agitaba la piel.

Este fin de semana mi hermana Natalia me comentaba una frase que le había gustado: “ hay que comprender antes de ser comprendido”, es una frase de la cual ya hablaremos. La frase me lleno de añoranzas de mis viajes juveniles, y de cuando decidí un día escuchar antes de ser escuchado.


Nina Simone/ Feeling Good


miércoles, mayo 18, 2011

La atención y la presencia


Uno de los aspectos más hermosos del yoga es su capacidad de educar nuestra atención, de depurarla, de pasarla por un tamiz para darnos cuenta de lo que es realmente importante. El día se pasa en dispersión llevando la atención de un lado a otro y nuestra atención muchas veces se pierde inútilmente en mil y una historias. El yoga y la meditación nos permiten disponer de unas herramientas que nos dan calidad de vida, y eso nos hace más felices, a nosotros y al círculo nuestro, y a la vida en general.


Focalizar la atención en un lugar depende de nosotros, es una decisión. Cuanto más eduquemos la atención más “despiertos” estaremos.

En yoga empiezo a darme cuenta que tengo un cuerpo, luego que muevo ese cuerpo en el espacio, más tarde que las partes de ese cuerpo puede dialogar, luego uno las partes con la respiración, y movimiento, respiración y cuerpo se mueven al unísono. Sí, es muy hermoso porque nos hace sentirnos bien interiormente, pero detrás de todo ello se encuentra nuestro aprendizaje de ir educando la atención, de tener la intención en esa atención.

La atención nos da conciencia, por ejemplo realizando una postura de yoga:

esto quiere decir que si me doy cuenta que tengo un brazo y ese brazo lo uno al otro, que las piernas me encajan y me enraízan al suelo, que la pelvis, y el tórax dialogan con lo anterior, que mi cabeza, mi espalda también hablan con las otras partes. En definitiva si fijo mi atención, y me educo a ello, me doy cuenta que ello existe, aunque antes sólo lo pensaba, ahora lo siento, y no sólo lo siento, sino que al unirlo con la respiración y con la fluidez lo vivo de pleno.

Entonces ya estoy educando mi atención, es decir “me doy cuenta y siento en ese momento lo que hago”

La atención, entonces, me da presencia, me trae al presente, hace que viva plenamente el momento que vivo, sin que la vida se pase entre el pasado y el futuro.

Puedo comer un melocotón pero no vivirlo, por ejemplo si estoy enfrascado viendo la televisión o pensando en las musarañas.

Puedo comer el melocotón poniendo mis sentidos en su sabor, en mis mordiscos, en su textura, en lo que es.

Si no lo vivo es como si no fuera, si no estoy atento lo que vivo pasa a ser como la “comida basura”.

Para tener atención hay que estar en calma, para pasar de percibir alocadamente lo externo a percibir conscientemente mi vida interior.

Para empezar a educar la atención sólo hace falta poner atención a los pequeños detalles, se puede empezar a practicar en cualquier momento, sus resultados son bellísimos.

Seguiremos hablando de la atención…


Beth Orton - Ali's Waltz

http://www.youtube.com/watch?v=JzD8VzvKUZk&feature=related

domingo, mayo 15, 2011

La gallina canibal


Kiriko, nuestro gallo llevaba unas semanas nerviosito. A un par de kilómetros de casa hay muchas gallinas, que se pasan el día cantando, y Kiriko las oye, y se altera. Así que reflexione, y me dije "le tengo que encontrar pareja".

Hablando con las personas que saben me dijeron “Como mínimo seis gallinas”.

Me puse a buscar las gallinas y preguntar por aquí y por allá. Nadie sabía mucho y las pocas direcciones que podía encontrar eran lugares en el campo de difícil acceso. Pero me dije: “A por ellas”.

Del primer sitio, tras dar muchas vueltas no lo encontré. Fui a por la segunda dirección donde podía haber alguna gallina: caminos de tierra, sol, vueltas y vueltas. Preguntando por las casas si sabían de alguien que vendía gallinas. Por fin encontré la casa:

-Hola buenos días ¿usted vende gallinas?

-No me quedan, sólo me queda una con el pico cortado.

Pensé que la gallina con el pico cortado era algún clon de gallina. Hace años tuve un clon “pollipavo” en Galicia y era súper agresivos, además de tener cagalera permanente.

-Gracias por todo, prefiero gallinas con pico y busco más de una.

Seguí buscando en la lista de direcciones. Seguí preguntando, indagando. Y se paso la mañana.

Y no había gallinas. Me resulto curioso. Me encontraba cansado. Me quedaba un sitio, situado entre dos pueblos, en un caminillo. Cansado me concentro más, así que me dije: “Este lugar lo encuentro como me llamo Carlos”. Pero por el camino que me dijeron había casas y casas pero no había nadie, ni ninguna granja ni nada, ningún ser humano. Tuve que volver para atrás. Vi una especie de bar de carretera, un hombre mayor dormitaba el calor.

-Buenas tardes, me han dicho que por aquí alguien vende gallitas, usted sabría si fuera tan amable.

-Sigue recto por la carretera y a 800 metros a la izquierda.

Seguí recto contando los metros, me metí a la izquierda, en una pista llena de agujeros, parecía recién bombardeada a vuelo rasante. Fui sorteando baches. Pero no había nada. Pero seguí y seguí. Y había una casa con el portón abierto y me detuve a preguntar. Salio un niño a recibirme, que fue a llamar a su madre.

-Hola, buenas tardes, me han dicho que alguien vende gallinas, usted sabría si fuera tan amable.

-Sí nosotros vendemos.

-Genial, podría verlas

Y segui a la mujer y al niño hasta una pequeña nave donde se oían las gallinas. Al entrar todo era oscuridad y dos filas de jaulas y jaulas y jaulas pequeñas que ocupaban todo lo largo de la nave. Me preguntó:

-Las quieres blancas o marrones.

-Me da igual.

Nos acercamos a una jaula, había seis o siete gallinas por jaula. La jaula estaba puesta como en pendiente, para que cuando pusieran huevos, estos cayeran a una bandeja.

-¿Cuántas quieres?

-Quería tres, gracias.

Pensé que Kiriko con tres se las tenía que apañar.

Abrió la jaula y las fue sacando con maestría, le dio una al niño, otra a mi, y la tercera la llevaba ella. Al salir a la luz note algo raro a la gallina que llevaba.

-Perdone, la gallina le pasa algo en la boca, perdón en el pico.

-Sí lo tiene cortado, mira las otras están igual

-¿Porqué les cortan el pico?

-Para que no se coman unas a otras

-¿Cómooooooooooooooooo?

-A todas las gallinas ponedoras en jaula se les corta el pico.

Y me lleve las tres gallinas con el pico cortado. Los primeros días se encontraban desorientadas, no andaban bien, iban como zombies. Era lógico, desde que nacieron estuvieron en una jaula, hacinadas, sin casi luz, tan desesperadas que se volvían locas y atacaban a sus compañeras.

Mirándolas en el jardín, a la luz del sol junto con Kiriko comiendo maíz, trigo y pan, aprendiendo a vivir, pienso en los antiguos encinares que poblaban toda la sierra, y que ahora cuando paseo sólo veo eucaliptos, y pequeñas islas mínimas de encinares o pinos. Todo ello ha cambiado el paisaje y ha degradado la tierra, a los animales, al hombre y al entorno. Todo por el canibalismo de una papelera. Y pienso en la ría de Huelva, tan hermosa, con tantas posibilidades de abrir nuestra hermosa ciudad al mar, rodeada de unas fabricas y de un humo caníbal que nos come la salud.

Todo se vende, todo se compra, todo se justifica, todo se canibaliza, hasta las emociones.

 Ahora Kiriko canta junto a las gallinas cojas, casi no se le ve, anda distraido y acompañado, el calor aprieta y no corre la brisa. Coquelico rebuzna, y Mariano me mira. Se oyen a los jilgueros, que han hecho nidos por casa. No muy lejos se oye el ulular de una pareja de tórtolas.

The Supremes Baby Love















domingo, mayo 08, 2011

El abrazo alimenta tu corazón

Dedicado al Pequeño Tao, con todo mi cariño, por su valentía, calma y comprensión de los avatares vitales.





El otro día estuve hablando con un amigo, y conversábamos sobre el contacto, los abrazos, el acto de tocarse. Me contaba que él siempre procuraba abrazar a sus hijos, cada vez que podía. Un abrazo de amor a cualquier hora, en cualquier momento y ello le llenaba de felicidad.

Comentábamos que casi no se abraza, no se toca, no se siente la piel del otro.

Estos años, en los diferentes talleres que hemos realizado, o alguna vez en clase hemos ido ahondando en este tema. El tocarnos. Hemos tenido reacciones de todo tipo, todas respetables, pero la síntesis es muy buena: el tocarse cura, alimenta, relaja.



Las razones por las cuales las personas no se tocan pueden ser muchas. Si no hay prácticamente contacto con aquellos que queremos, es difícil lo haya con los amigos o con los desconocidos.

Parece ser que si tocamos, sentimos, y si sentimos, somos vulnerables. Eso puede ser un primer razonamiento. Pero el hecho es que cuando nos abandonamos a sentir, a tocar y a dejarnos tocar, a fundirnos realmente en una caricia o un abrazo, cualquier atisbo de rechazo desaparece.

Hay unas barreras mentales, una vez las obviamos, el abrazo reconforta. Lo difícil es llegar a darnos cuenta que sobre todo es el mental lo que nos separa del otro, de su abrazo, de su piel, de su sentir.

Me hacen gracia esos abrazos que damos, donde nos acercamos, damos unas palmadas rutinarias, gastadas ya de tanto uso reiterado sin sentido. ¿Por qué nos resulta tan difícil dar un abrazo de verdad, de corazón a corazón, de sentimiento a sentimiento?

Dar un abrazo o una caricia con plena atención en el acto que hacemos es maravilloso. El abrazo te trae al ahora y te abre al universo.



Y qué pasaría si probáramos, si sintiéramos el corazón del otro. Si nos dijéramos “abrazarte te alimenta, me alimenta, nos hace más libres, más creativos, expande lo que somos los dos, trae más paz a todos”.

Creo que si primero aprendemos a respetarnos a nosotros, a amarnos como somos, de ahí podemos ser capaces de abrazar, de acariciar a aquellos que amamos. Es importante el contacto, sentir la piel de la persona que tienes junto a ti. Creo que un buen modo puede ser empezar a abrazar, a acariciar a nuestros seres queridos: a nuestros padres, nuestros hermanos, nuestra pareja, nuestros hijos. No importa que con nosotros no lo hicieran, lo importante es que nosotros lo experimentemos, y que lo probemos sin miedos, sin angustias, sin vergüenza.

Abrazar es darte entero. Tocar es nutrir tu corazón.


Alguna vez hablábamos de la importancia de dejar semillas que nos den felicidad. Los abrazos son semillas, los brazos abiertos son aceptación, el pecho al descubierto es mostrar lo que eres, sentir la respiración y la piel del que abrazas es sentir su calidez, su emoción, su ser.

Que la piel, que el contacto no se convierta en una frontera más, ya tenemos muchas. No delimitemos tanto, encajonando todo en compartimentos estancos, incluido nuestro corazón.

Es bonito romper fronteras, abrir espacios, respirar al unísono, compartir lo que somos. Piel con piel. Mejilla con mejilla. Pecho con pecho. Cuerpo con cuerpo. Sin asustarse. Sólo es un abrazo.

Abrazarte te hace ser más tú, y que te abracen te reconforta como cuando eras niño. Toca y toca, todo lo que puedas. Y siente como los poros de tu piel se abren a la vida.

Keren Ann - Au Coin Du Monde
http://www.youtube.com/watch?v=snQy9dR2zoc&playnext=1&list=PL015EBD2D444BDFDF

sábado, abril 30, 2011

El silencio



Esta semana preguntábamos en clase la relación de la meditación con el silencio. Tuvimos muchos comentarios realmente hermosos por parte de los alumnos y alumnas que me han hecho reflexionar sobre el tema, y apuntar algunas notas sobre el silencio.

Breves notas sobre el silencio

El silencio no surge del exterior, es un estado interno, un estado que nos permite ser lo que somos. Al silenciarse los ruidos que nos impiden oírnos, nos damos cuenta que podemos sentir nuestro ser, y ello es una experiencia de calma, de dicha, de felicidad.

 Por tanto del silencio surge la escucha, de la escucha el sentir.

El silencio nos alimenta, y nos centra. La vida se hace panorámica, se proyecta de dentro hacia fuera en todas las direcciones, y se hace en paz. Ese silencio de expande como si fuera un sol que diera luz a tu universo interno. Y tu realidad, la vida, fluye hacia ti en sentido inverso, creándose un canal de experiencias.

 Sí, en paz. Es tan importante sentirse en paz, que sin paz no cabe el silencio.

El silencio emite una vibración que te conecta con la vida, con lo más profundo que hay en la vida, y entonces el flujo es mutuo.

El mental deja su protagonismo a un observador que observa, que siente muy despierto, y que percibe con plena atención.

Sin silencio no cabe crecer como personas.

El silencio es una vuelta al hogar, un reencuentro con uno mismo.

El silencio nos une a la totalidad, al misterio, a la vida.

Silencio y  soledad  son indispensables en este viaje y van irremediablemente unidos pero lo maravilloso es que una vez sentimos nuestro corazón, nos damos cuenta que el otro resulta indispensable. Y el otro puede ser otra persona, un árbol, una flor.....y ya no es otro, eres tú.

Todo sabe diferente cuando el silencio vive en ti.

El silencio es vivencia en estado puro.

Alguna pauta para aprender a escuchar tu silencio

Del exterior rehuye del ruido
No te pierdas en verborreas, di lo que tengas que decir
Simplifica tus acciones
Date espacio

 y

Busca un lugar tranquilo, y siéntate, lleva la atención a tu respiración, y observala.
Que la respiración sea siempre tu ancla que te traiga a tu realidad.



                                           Con los días date cuenta que tu cuerpo se va calmando,
que tu mente se va apaciguando,
que tu respiración es más regular.

Ve observando los pequeños silencios entre tanto pensamiento,
entre tanta emoción,
entre tanta ida al pasado y al futuro,
recuerda, que tu respiración sea tu ancla.

Una vez te encuentres centrado,
el silencio es más estable,
y podrás escuchar.

Y entonces
 tu silencio
lo llevaras siempre contigo, y buscarás
darle de comer permanentemente como a un pajarillo





Jack Johnson - You And Your Heart




martes, abril 26, 2011

Pequeños gestos para apaciguar la ansiedad

                                                                                   
Muchas personas vienen a clase de yoga con ansiedad. Muchas personas toman medicación debido a ello. Y la ansiedad, como sombra que es, nos hace sufrir.

  Según avanzan las clases de yoga el cuerpo, la mente, el espíritu se vuelven a equilibrar, se apaciguan, todo vuelve a su sitio, y la ansiedad va menguando, pero es un mal de nuestros días.

Vivimos en una sociedad que nos ha educado o que nos manda continuamente mensajes que nos desbordan pues los hacemos propios, y los ponemos en marcha sin parar, es decir sin reflexionar sobre ello. Hacer y hacer sin detenernos, consumir proyectando dicho hacer. Ser muchas cosas pero no ser lo que uno es.

 Por ejemplo, damos poco espacio a nuestra vida personal, damos más importancia a listas interminables de cosas que hacer. Nunca tenemos tiempo para estar con nosotros, para simplemente no hacer nada o hacer sin hacer, es decir disfrutar. En realidad las listas nunca se acaban y no sólo eso, crecen sin parar, y más, muchas veces no nos permiten vivir nuestro presente pues mentalmente se apoderan de él, y así estamos, de lista en lista, de exigencia en exigencia. No hace falta que nadie nos apriete, lo hacemos sólos.

En clase, muchas veces hablamos de relajar las mandíbulas, de sonreír, de quitar tensión al gesto. Resulta curioso que la vida diaria nos tense de tal modo que el rictus de la boca, el gesto de la cara se encuentre tan apretado, y no nos damos cuenta.

Muchas veces, por la mañana sentado observo el gesto al andar de las personas, su cuerpo, su cara, su rictus. Y de aquello que hablamos, resulta muy sorprendente, alucinaríamos; pocas personas se encuentran relajadas.

Voy a ir comentando algunos puntos a los largo de los próximos meses que nos pueden ayudar a transformar, a disminuir esa ansiedad.

Pequeños gestos para apaciguar la ansiedad:

-Una vez te aparezca la ansiedad, ponle nombre "ansiedad", y no dejes que te arrastre el pánico. Aprende a observala, eres tú, son tus tensiones. Ponte las manos en el abdomen, y siente las yemas de los dedos.

-Si ves que te puede la ansiedad, realiza alguna actividad que distraiga tu mente, algo tranquilo que te de presencia, algo que te proporcione  disfrute.

-Prueba a delegar y a no exigirte a todas horas, a pasar de la lista interminable. Experimenta el placer de ver que no pasa nada.

-No te sientas tan responsable. Transforma tanta responsabilidad y tantas obligaciones en momentos para ti.

-Prueba a desdramatizar. Observa la ansiedad y pon nombre a lo que crees que la produce. A lo mejor es una ficción mental que ha crecido y no es tan tan tan importante como crees.

-La vida nos suele equilibrar si le damos la cuenta justa.

-Juega, juega, juega. Ríe, ríe,ríe. Baila, baila, baila.

-Prueba a dar paseos observando la vida: los árboles, los niños, el sol, las flores. Huye de tanto mental.

-Mira de frente, tranquilo y digno. El mirar la vida te trae al ahora.

-Permanece atento a los pequeños detalles que te hacen feliz a ti y a los que amas.

-La ansiedad no deja de ser un juego de sombras. Busca tu luz. Alimentate de aquello que te trae luz. No sigas rutinas que te den sombras y que te lleven a las cloacas de tu ser.

-Planta semillas de momentos, de emociones, de sentimientos que te hagan feliz, y dejalos crecer.



Stevie Wonder-"Superstition live on Sesame Street"

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Abril del 2011



lunes, abril 18, 2011

Essaouira, Moroko, Africa


A primera hora de la mañana del lunes en la costa atlántica africana, por la tarde en Sevilla, luego en Beas pa´ver a los burritos, y ahora en Huelva.

 Fin de semana en África volviendo de un lugar, Essaouira, donde llegue por primera vez hace 23 años, cuando estudiaba primero de carrera.  Por entonces llegue con un tambor y unas pocas pesetas en el bolsillo junto con Eduardo, Paloma y unos amigos.....

Ahora todos hemos cambiado, pero en esencia seguimos disfrutando de la alegría de vivir, de la belleza y de la magia, de la música árabe y africana, de la mezcla, de los colores, de la luz.

Y seguimos enamorados.



El "tempo" africano me apasiona, porque no hay tempo, hay fluidez y calma, hay momentos, hay estados de ser. Mucho se va perdiendo, pero los lugares especiales permanecen y la amabilidad de sus gentes también.

Es tarde, y ha sido un día, un fin de semana intenso, donde he disfrutado a plena presencia de cada instante.

 Mañana será otro día.



                                                                     
AfroCubism - 'Nima diyala' live
http://www.youtube.com/watch?v=eOMxaK4GMyE&feature=relmfu


Oumou Sangare 'Seya'
http://www.youtube.com/watch?v=7pR1z5mST4E

martes, abril 12, 2011

La presencia o el olvido


                                                                                  
Desde hace unos días tengo un gallito. Se llama Kiriko. Estamos muy felices con él. Es un tío muy chulo que no para de cantar en cuanto nos ve, haciendo acto de presencia. Su canto a la vida me enternece, me llena, me hace feliz. Esa alegría de estar y cantar y cantar.

Nos lo ha regalado un amigo que cría aves, Kiriko es de esta tierra, un gallo andaluz.

Hace dos mil quinientos años, hablamos de hace muchisimas generaciones, un hombre llamado Buda comento a un grupo de gente que le oía en una charla muy hermosa; decía que simplemente dándonos cuenta del acto de inspirar y espirar, algo podría cambiar en nuestras vidas. Que si nos sentamos a meditar, y si fijamos nuestra atención, nuestra mente, en  la inhalación y en la espiración, con la práctica notaríamos cambios fundamentales en nuestra vida.

Lo llamo la respiración consciente.

 En nuestra vida cotidiana nos encontramos perdidos muchas veces en una realidad mental y emocional que no es real, entre nubes permanentes de hacer, de no hacer, de no estar, de preocupaciones sobre situaciones que no existen, con miedo acumulados o por descubrir, de angustias, de competir, de acumular, de ganar, de ansiedades que nos alejan de lo que somos y de lo que vivimos en ese momento.

Buda era una persona sabia, el inicio de la charla es sólo eso, luego viene mucho más, pero sólo ser conscientes del acto de respirar no es fácil, e implica tantísimo que vamos a comentar sólo un poco.

Supongamos que me encuentro alienado entre nubes, y la vida pasa delante mio, y yo fragmentado entre tantas nubes no oigo el canto que sale de mi corazón y que me dice lo que soy, pues soy un puzzle con muchas piezas sueltas.

Supongamos que eso, aunque parezca increíble me hace olvidar quien soy. Y me ciega ante lo que es realmente importante en la vida.

Si sentimos la respiración, por ejemplo, podemos darnos cuenta que estamos vivos, sí, ya no estoy en una nube, estoy aquí, ahora, y la respiración consciente me lo recuerda. Eso me da presencia, me hace presente de mi presente, y si practico puedo darme cuenta que lo más importante en mi vida en ese momento es lo que estoy viviendo. Por ejemplo si estoy hablando contigo, tú eres lo más importante, no estoy pendiente de lo que tengo que hacer luego o lo que hice. Tú eres lo más importante.

Entonces si respiro conscientemente, me doy cuenta que soy lo más importante, y que tú también. Lo difícil es darse cuenta y entregarse sin miedo, sin angustias, sin pesares al momento. Ligero como el canto de Kiriko.

Entonces ese simple acto de darme cuenta de inspirar y espirar me hace presente el presente, y me da presencia. Pero también me serena, sí, me hace pacifico. ¿Resulta increíble verdad?. Es decir nos serena la vida, nos trae paz a nuestra existencia.

El canto de Kiriko me recuerda que debo darme cuenta de mi presente. Que cada momento es un lienzo en blanco que yo puedo pintar con los colores que desee. Hacer más pacifico y feliz mi presencia y de aquellos que amo.

La respiración consciente es como volver a la vida, es volver a  nacer.


Compay Segundo - Chan Chan

                                                                          

                                                                             

jueves, abril 07, 2011

Cuidando el jardín, transformando la maleza


La foto es del jardín ecológico de Isidro y Nines, a los que fui a ver el otro día. Fue un día maravilloso de disfrute y de compartir. El ver el amor con el que mantenían su huerto me hizo reflexionar.

Ahora con la primavera crecen mucho las hierbas y la maleza en mi casa. Como he metido a los burros en un cerco inmenso, ya no tengo quien se coma toda la hierbita alrededor de casa y la deje limpia, así que poco a poco voy clareando, pero la hierba es perseverante y con nada de humedad crece a lo loco, y cada vez resulta más difícil moverse.


Por lo que con cuidado voy sacando la hierba de alrededor de los frutales, o de los rosales, o de la vid, o de todo aquello hermoso que he plantado y que cuido con tanto mimo. Riego lentamente y permaneciendo atento. También de la cuadra recojo el estiércol de los burros, y voy repartiéndolo por lo árboles. Me gusta la idea con respecto al estiércol que es hierba que nace, que comen lo burritos, que luego fertiliza, y que alimenta al árbol, y que luego el árbol me ofrece su hermosura o sus frutos. Es un círculo mágico.

Soy un jardinero bajo el sol, y no me puedo despistar, ser jardinero requiere atención y esfuerzo.

La mente es como un jardín, donde crece maleza que nos nubla, y nos hace infelices. Por ello es importante cuidar nuestra mente, cuidar nuestro espacio interno, saber cuidar la tierra de lo que somos y habitamos en nuestro interior. Somos caos, pero si nos esforzamos en ser unos jardineros atentos, podremos reconocer la maleza, transformarla en un buen abono para que convierta la tierra en terreno fértil para las semillas hermosas que podemos plantar.

Si yo reconozco que soy un quejica, o que mi corazón realmente se alimenta del amor que siento. Puedo transformar la maleza de mis quejas en una semilla diferente, por ejemplo darme más en el amor, y así aquella maleza que era una queja, se transforma en un fruto que no para de crecer en positivo.

Cada uno ha de darse cuenta de su maleza, cada uno ha de buscar su espacio fértil, cada uno ha de plantar las semillas que le hagan feliz, cada uno ha de alimentar sus semillas, y tener la capacidad de ver crecer la flor. Aquí no caben creencias, que me lo haga otro, o que me tome una pastilla. Si nos llenamos de maleza perdemos espacio interno, y nos vemos aprisionados e infelices, nos cuesta respirar.

Puedo plantar semillas de comprensión, de amor, de paciencia, de responsabilidad, de entrega, de tantas cosas, el universo es amplio y está lleno de semillas, sólo cabe descubrirlas y experimentarlas.

Y así puedo tener mi jardín con flores hermosas que puedo compartir, atento a caos de la maleza, consciente de lo que puedo cultivar.

Antonio Flores-Cuerpo de mujer

http://www.youtube.com/watch?v=FvJJlj0Pzbs












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