miércoles, septiembre 25, 2013

Yoga y bebes, el cuerpo (1)



Mi hija Alba nació hace diez meses. No hay palabras para expresar todo lo que siento, y toda esa emoción y amor las dejo ahí, en el universo y en mi vida diaria con ella.

 Y la idea de escribir hoy sobre yoga y bebes, es ir contando un poco aspectos que he ido observando  en el crecimiento de Alba en relación con el yoga.

El cuerpo
El proceso de crecer es un camino alucinante, y en estos meses su viaje ha sido un viaje hacia la verticalidad, por ello desde un inicio procuramos dar tacto a la planta de sus pies, sobre todo al cogerla, la cogía entre mis brazos y mis manos masajeaban la planta de sus pies. Según iba creciendo la apoyaba brevemente en el suelo sujetándola bajo las axilas con la idea que simplemente tomara contacto con la gravedad, sin dejarla apoyar en su peso pues su "cuerpito" todavía no estaba preparado para eso.

Los primeros meses no hay consciencia por parte del bebe del movimiento que realiza, digamos que hay impulsos, las piernas y la pelvis se mueven, los brazitos también pero no hay una pauta demasiado consciente. Desde que nació la hemos ido movilizando los miembros, pero siempre dejando que ella mandara en ese impulso, eso sí cuando se detenía, le daba la pequeña pauta corporal. Todos los movimientos los realizábamos con extremo cuidado y amor pues  su "cuerpecito" seguía formándose, así como sus órganos internos.

Para mí el tacto habla, transmite, apacigua, descubre, muestra, ilumina por lo que he procurado que sintiera el tacto de mis manos y de mi amor. La he cogido siempre  con el pecho descubierto cuando estaba en casa, de modo que su piel se acogiera en mi pecho y que mis latidos y mi propia piel y mi respiración hablaran lo que siento.

Sus manos al principio agarrotadas, las hemos movilizado, abriéndole y cerrándole de un modo suave los dedos. Según pasaban los meses tratamos de potenciar que fuera descubriendo la formas de todo tipo de pequeños objetos: cajitas de cartón diferentes tamaños, botellitas, juguetitos de diferentes texturas. Con la idea  que sintiera y reconociera diferentes materiales y formas. Para mi resulta esencial el tema de las manos junto con los pies, y las manos es como si favorecieran el desarrollo cognitivo además de muscular e irrigar la espalda, sus pulmones, su corazón. Una vez los dedos los tenía más liberados, le hemos potenciado la pinza, que ella va usando de un modo natural, de modo que usara el pulgar y el índice para mover pequeños objetos. Ayer por primera vez desmenuzó un trozo de pan, lo coloco en una cajita y pellizcando minúsculas migas con su pinzita me las daba en la boca como si yo fuera un pajarito.

Su espalda, su columna vertebral resulta muy importante en la búsqueda de esa verticalidad y en el crecimiento de su estructura corporal por lo que hemos tratado de ponerla según crecía en pequeñisimas cobras o ayudarla a girar de un lado y a otro, todo con la idea fuera aprendiendo para que lo hiciera ella sola. Y sentándola en pinza (flexión hacia adelante) un segundo, y colocándola en gato otro segundo. Ya al gatear hemos vaciado el salón de casa de todo lo inútil y en ese espacio límpido le hemos ido poniendo juguetes en un lado del salón de modo que ella recorriera el espacio de modo que su espalda, sus manos, sus rodillas se movilizaran.

"alba" de Antonio Flores






5 comentarios:

Peter Wash dijo...

Grande. No hay mucho más que comentar.
Me congratulo, y creo que lo debes saber, de que la felicidad sea en tí y en los tuyos.

Un gran abrazo, Guruji.

Carlos Serratacó dijo...

mi añorado pequeño tao,gracias, abrazos

Carlos Serratacó dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elisabet Márquez dijo...

Amor grande, bello lo que sientes ... Besos voladores

Carlos Serratacó dijo...

Eliiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, besosssssssssssssss

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