viernes, febrero 02, 2024

Hablemos una gota de la iluminación

"Todos los días tienen las condiciones para iluminarnos. Dicha condición depende de nuestra mirada"

Carlos

 Vivimos en una sociedad llena de humo, y entre tanta nube a veces no vemos lo que la vida nos dispone delante nuestro. Igualmente ante la perdida de valores generalizada, y tanto narcisismo andante, ese humo nos entra en las entrañas, y vamos corriendo por la vida, sin, a veces, tener claridad, ante lo que nuestro íntimo nos solicita, pues no hay escucha ni pausa para vernos.

En yoga, igual que en nuestra sociedad, hay mucho humo, y más ahora que se ha puesto de moda. Podemos hablar entonces de como se vende un camino hacia la iluminación o nos venden sus "saberes" los iluminados. Dicha condición iluminativa se ha conseguido ya sea por la gracia de los dioses, ya sea por un profundo trabajo interno que queda detallado en el curriculum en red, o porque les ha hablado algún iluminado y por empatía se les ha adherido la luz, o quizás sencillamente porque se siente poseedor de la verdad.

Partimos entonces que no creo en los supuestos comentados para iluminarnos ni comulgo con lo común. Más bien creo que la vida en su infinita riqueza nos ayuda a ir encendiendo candiles o pequeñas luces en nuestro interior, y ello nos ayuda a ver, a vernos, a ver la realidad y a ser buenas personas. 

Una postura de yoga es un viaje de conciencia, de ir encendiendo comprensiones de darnos cuenta para generar unos sentires oscurecidos por el humo, de ir abriendo nuestra conciencia poco a poco, sin aspavientos. Por ello no creo en la lucha postural, tampoco en la exigencia en yoga. Creo en la constancia dulce y en el quehacer amable. Por ello, en una postura no cabe quedarse adherido a que la mano o la nariz lleguen al suelo. El trabajo es quitarse adhesiones, pegamentos, y guerras corporales transformando dichos impulsos en una conciencia que ve y que se encuentra en disponibilidad de apertura, y es ahí cuando dicha predisposición interna se asienta, cuando uno es capaz de sentir cierta luz en la conciencia, cuando diría: "hemos iniciado un andar iluminativo que dura una vida", y donde  también es muy fácil, que sobre todo nuestro propio egoísmo, nos vuelva a sumir en la oscuridad. 

Es decir, es necesario una constancia dulcemente ardua para ir manteniendo la llama de la conciencia para ir encendiendo candiles o velas en el bosque oscuro de nuestra interioridad, y para ello, entre muchas situaciones, conviene tener los pies en el suelo, y así podremos ver un poco más allá de nuestra mano y sentir el brazo, el pecho y todo aquello que nos vaya enseñando la luz que nos señala.

Nos pasa lo mismo con la iluminación: el pretender que uno se va iluminar es absurdo, pues salvo personajes realmente santos en el sentido de su claridad de conciencia, dígase  Krishnamurti,  Ramana Maharshi, Paramahansa Yogananda, Sri Aurobindo,  Gandhi, la Madre, Thich Nhat Hanh, etc nadie se va iluminar ni haciendo posturas de yoga, ni porque le  pongan muchos "me gusta" en red; ni aunque se lo curre, y todos los días venda lo bien que se lo curra, y satisfaga con ello su codicia egoica y material. Insisto, resulta absurdo. Si algo en común tienen sus santidades es la invisibilidad narcisista o autoreferencial.

 Por otro lado, en budismo, muy ligada su filosofía y su comprensión interna al propio viaje milenario de yoga, uno de los aspectos que me parecen muy interesantes con respecto a la iluminación es reconocer primero esa dualidad básica de la mente, donde habría que trascenderla para ir en busca del espectro. Es decir las cosas no son ni buenas ni malas, ni son solo que me gusten o no me gusten. Conviene ir educando la mente hacia una gama o espectro cromático de colores más amplio, y estoy hablando de nuestra mente, de nuestra conciencia o de nuestro comprender interno.

 Nos decían entonces nuestros amigos los budistas que tendemos a observar  muchos aspectos negativos a la hora de vivir la vida. Diría como comento en clase, que ponemos más atención en la resta que en la suma. Y la dirección que nos señalan es que la atención ha de ir hacia una realidad menos dramática y personalista, y disponer de una atención hacia situaciones con mayor apertura, bondad, de cualidades más positivas.

Por tanto primero hay que reconocer los pensamientos y emociones que nos embargan, y que a veces nos invaden asumiendo mayor protagonismo del habitual y con ello generando un sufrimiento, a nosotros y a los demás, que quizás no resulten necesarias educando otra mirada interna. O pensamientos que nos inflan, cuando realmente el camino interno es un camino de disolución y transformación.

Ante todo, y por suerte somos imperfectos, y ello es tan maravilloso que esa circunstancia nos permite abarcar mayores cotas de conciencia si aplicamos nuestro yoga adecuadamente. Por lo que muchas veces hemos de tener mucha paciencia con nosotros, asumir nuestros errores con dulzura, e ir aceptando la realidad de lo que somos, ante nosotros, sin tantas auto narraciones placenteras y poco creíbles.

Igualmente si nuestra práctica general de yoga es amable y disponemos de tiempo para estar en nosotros, nos daremos cuenta con el paso de los años, que esa dirección de tener una atención interna panorámica mas de suma que de resta, el propio yoga nos lo ha ido creando, y  ha generado una bella semilla de la que nace una flor, y somos nosotros que decidimos en plena potestad con que regarla, y es ese riego el que nos va mostrar la realidad que vivimos en ese momento.

Y es por aquí, donde se van encendiendo las luminarias o pequeñas luces que iluminan nuestra conciencia y nos van ayudando a caminar, es decir esa iluminación es un camino de vida, y es ese propio andar el que te va poniendo en la pisada que das, una pisada silenciosa, consciente, sin mucho ruido, y con nuestro  candil en la mano, pequeño y tierno.


Moloko-"Sing in back"

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, Enero 2024

miércoles, diciembre 06, 2023

Momentos de dicha

 

 


 
"Armonizando el cuerpo, la mente y el alma, logra la suprema bienaventuranza. 
Descubre al Ser en todos los seres y a todos los seres en el Ser.
Ve que el Todo es Uno y el Uno es Todo .
En verdad te digo que nunca abandonaré ni permitiré que me abandone
 quien Me ve en todas las cosas y ve a todas las cosas en Mí.
Perpetuamente lo tendré sujeto a Mí con las áureas cadenas del amor.
Quien me ve en mi Unidad y me ama en todos los seres, morará en Mí"
Bhagavad Guita

Al despertarme, poco antes del alba, cuando las aves todavía duermen; el burro, al sentirme moverme en casa, relincha llamándome. Max, el Mastín entra y como cual oso, me abraza. Los gatos se asoman a las ventanas y maúllan. Ha sido una noche fría, plagada ya de escarcha. Es un frío rico, suave, que penetra y recompone. En la chimenea quedan unas pocas brasas, por lo que las avivo con unas ramas pequeñas y troncos.

 Es un despertar que rejuvenece al sentir el silencio profundo de la propia inmensidad del campo, con su aire puro alejado de los humos de la ciudad. Quedan unas pocas estrellas en el firmamento, pero en esos momentos que va apareciendo la luz, las estrellas van perdiéndose de vista. Diferentes tonalidades de verdes, amarillos que forman multitud de gamas alfombran las praderas, y las gallinas ya empiezan a moverse con estos primeros rayos de luz picoteando y arañando la tierra, corriendo de un lado a otro, felices de su libertad.

Me hace inmensamente feliz sentir la vida y salir hacia el establo para dar de comer a Trueno. Trinchar la paja con la horca u horquilla, y echar la paja en el pesebre: han pasado más de veinte años de entrar en el establo, luego en el pajar. En ese sencillo  acto de recoger la paja y llevarla al pesebre se resume mi vida estos años. 

Han pasado muchos burros y burras por esta cuadra pero en cada mañana, a pesar de los años, siento la misma dicha. El coger la horca, ese tenedor gigante, y pinchar en la bala de paja, coger un trozo, y llevar al peso ese bocado hacia la bañera vieja convertida en pesebre, me trae a los primeros humanos, a ese degustar la vida en real, sin prisas ni falsas preocupaciones envuelto en ese olor de la cuadra que me gusta, pues la propia naturaleza y mudanza de las diferentes capas de paja y estiércol hacen agradable el momento pues absorben los olores fuertes. Trueno primero come el grano, y más tarde  comerá la paja. Mientras come, reparto también grano entre las aves que picotean al pie de la cuadra, protegidas del viento por el cañizo que he cosido a la valla. Los gatos siguen maullando, pero ahora desde los pies de las cañas.

Maximiliano, el mastín amoroso, mira inmensamente dichoso el acto soberano de todos aquí reunidos amándonos, sin comernos unos a otros, ni devorándonos en codicias absurdas.

De pie, también les miro. En pie permanezco, con la mirada brillante, inmerso en mi mismo, enraizado, presente, plagado de libertad, abierto a la vida, al aire, y al sol. Ligero, con esa sensación de dicha de estar aquí, ahora, a las puertas del establo, cada mañana.

 Gata Cattana -" Como aman los pobres" 

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, diciembre 2023


lunes, diciembre 04, 2023

Notas sobre la atención

 

"La atención nos genera conciencia, la cual es infinita y bella al aunarse a la propia existencia, permitiéndonos volver en un continuo renacer, a sentir la vida con una mayor plenitud" Carlos

 

Posiblemente uno de los fundamentos esenciales y fundamentales de la práctica de yoga sea la constancia sobre nuestra propia atención. Situación absolutamente complicada en los tiempos en los cuales vivimos, pues lo que prima es la dispersión y la inmediatez, ambos componentes esenciales para mantenernos distraídos, y por tanto, seguir generando así, situaciones de dominio sobre la población, y sobre las personas, provocando no solamente circunstancias de dispersión interna, sino de descomposición social y humana entre los propios seres humanos.

Manteniendo la dispersión, no se generan situaciones de rebelión ante las permanentes capas de servidumbre y alienación que nos van colonizando, por lo que nuestra libertad se va cada vez cercenando de modos sutiles, pero groseros y claros. No voy a poner ejemplos, que cada uno se mire a sí mismo, y lo reflexione, puede ser un buen inicio para estar atento.

El yoga es un camino hacia la libertad, y la atención es uno de los pilares. Si nos vamos a la historia y leemos sobre los diferentes grupos humanos o personajes históricos dedicados al misterio de nuestro interior, el personaje fundamental es el Buda. Si estudiamos sus diferentes escritos que nos han quedado en lo que se denominan los canastos de sabiduría, nos damos cuenta del profundo trabajo que realizó sobre la atención: "El Satipatthana Sutta" o "El discurso sobre los fundamentos de la atención plena", es una obra extraordinaria, de la cual disponemos diferentes traducciones, sobre todo del canon pali, y creo sintetiza su investigación.

Al iniciarnos en la práctica de la atención, podemos imaginar, para entender su recorrido, progresión, e importancia, que es una pequeña linterna que emite un pequeño haz de luz, es decir, un conjunto de partículas o rayos luminosos que, naciendo de un mismo origen, -nosotros mismos-, se propagan sin dispersión. Nuestra mente dispersa, compuesta de vibración, inteligencia y conciencia, entre otros aspectos, se unifica, se une en una dirección. Recordemos aquí una de las denominaciones clásicas del yoga: "Unir los filamentos de la mente".

Según vamos practicando el vivir atentos, la propia realidad de lo que somos y de la realidad que nos rodea va cambiando hacia unos espacios más amables, de mayor generosidad con nosotros y con la vida. Digamos que se va acercando hacia una realidad con no tantas subjetividades, ni tanto sufrimiento. Hay una mayor claridad, y ese propio foco va imantando también realidades más acordes con la nueva situación interna. Es decir la vibración de la nueva realidad nuestra atrae vibraciones de realidades acordes a nosotros. Hay un discernimiento de mayor agudeza, es como un bisturí muy fino que corta adecuadamente la existencia asumiendo su totalidad y unicidad en una renovación continua.

 El foco de la linterna va creciendo y el espectro de nuestra percepción también, y la vida nos va apareciendo con una multitud nueva de detalles donde disfrutamos de su riqueza y colorido, de su palpitar.

 A su vez vamos ampliando nuestra conciencia de Ser junto a cualidades que emanan de dicho trabajo  de atención y constancia interna. Nos damos mayor cuenta que lo que somos, y de lo que nos componemos, y eso es maravilloso, pues el conocernos nos ayuda a ir desarrollando nuestra potencial como seres humanos hacia situaciones de una mayor humanidad y comprensión.

La atención clara y dulce va ir apareciendo a modo intermitente hasta que va llegar un momento que se asienta, se queda para siempre habitando dentro de nosotros. Son momentos donde se plantean otro tipo de situaciones que iremos comentando. Pues lo realmente hermoso es la capacidad de la atención de crecer infinitamente, y a su vez, generando la conciencia de la comprensión, y que dicho foco, tenga la capacidad de empapar su circundo, por tanto, de hacer el bien.

 

Trevor Hall "You Can't Rush Your Healing"

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, diciembre 2023

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