sábado, abril 30, 2011

El silencio



Esta semana preguntábamos en clase la relación de la meditación con el silencio. Tuvimos muchos comentarios realmente hermosos por parte de los alumnos y alumnas que me han hecho reflexionar sobre el tema, y apuntar algunas notas sobre el silencio.

Breves notas sobre el silencio

El silencio no surge del exterior, es un estado interno, un estado que nos permite ser lo que somos. Al silenciarse los ruidos que nos impiden oírnos, nos damos cuenta que podemos sentir nuestro ser, y ello es una experiencia de calma, de dicha, de felicidad.

 Por tanto del silencio surge la escucha, de la escucha el sentir.

El silencio nos alimenta, y nos centra. La vida se hace panorámica, se proyecta de dentro hacia fuera en todas las direcciones, y se hace en paz. Ese silencio de expande como si fuera un sol que diera luz a tu universo interno. Y tu realidad, la vida, fluye hacia ti en sentido inverso, creándose un canal de experiencias.

 Sí, en paz. Es tan importante sentirse en paz, que sin paz no cabe el silencio.

El silencio emite una vibración que te conecta con la vida, con lo más profundo que hay en la vida, y entonces el flujo es mutuo.

El mental deja su protagonismo a un observador que observa, que siente muy despierto, y que percibe con plena atención.

Sin silencio no cabe crecer como personas.

El silencio es una vuelta al hogar, un reencuentro con uno mismo.

El silencio nos une a la totalidad, al misterio, a la vida.

Silencio y  soledad  son indispensables en este viaje y van irremediablemente unidos pero lo maravilloso es que una vez sentimos nuestro corazón, nos damos cuenta que el otro resulta indispensable. Y el otro puede ser otra persona, un árbol, una flor.....y ya no es otro, eres tú.

Todo sabe diferente cuando el silencio vive en ti.

El silencio es vivencia en estado puro.

Alguna pauta para aprender a escuchar tu silencio

Del exterior rehuye del ruido
No te pierdas en verborreas, di lo que tengas que decir
Simplifica tus acciones
Date espacio

 y

Busca un lugar tranquilo, y siéntate, lleva la atención a tu respiración, y observala.
Que la respiración sea siempre tu ancla que te traiga a tu realidad.



                                           Con los días date cuenta que tu cuerpo se va calmando,
que tu mente se va apaciguando,
que tu respiración es más regular.

Ve observando los pequeños silencios entre tanto pensamiento,
entre tanta emoción,
entre tanta ida al pasado y al futuro,
recuerda, que tu respiración sea tu ancla.

Una vez te encuentres centrado,
el silencio es más estable,
y podrás escuchar.

Y entonces
 tu silencio
lo llevaras siempre contigo, y buscarás
darle de comer permanentemente como a un pajarillo





Jack Johnson - You And Your Heart




martes, abril 26, 2011

Pequeños gestos para apaciguar la ansiedad

                                                                                   
Muchas personas vienen a clase de yoga con ansiedad. Muchas personas toman medicación debido a ello. Y la ansiedad, como sombra que es, nos hace sufrir.

  Según avanzan las clases de yoga el cuerpo, la mente, el espíritu se vuelven a equilibrar, se apaciguan, todo vuelve a su sitio, y la ansiedad va menguando, pero es un mal de nuestros días.

Vivimos en una sociedad que nos ha educado o que nos manda continuamente mensajes que nos desbordan pues los hacemos propios, y los ponemos en marcha sin parar, es decir sin reflexionar sobre ello. Hacer y hacer sin detenernos, consumir proyectando dicho hacer. Ser muchas cosas pero no ser lo que uno es.

 Por ejemplo, damos poco espacio a nuestra vida personal, damos más importancia a listas interminables de cosas que hacer. Nunca tenemos tiempo para estar con nosotros, para simplemente no hacer nada o hacer sin hacer, es decir disfrutar. En realidad las listas nunca se acaban y no sólo eso, crecen sin parar, y más, muchas veces no nos permiten vivir nuestro presente pues mentalmente se apoderan de él, y así estamos, de lista en lista, de exigencia en exigencia. No hace falta que nadie nos apriete, lo hacemos sólos.

En clase, muchas veces hablamos de relajar las mandíbulas, de sonreír, de quitar tensión al gesto. Resulta curioso que la vida diaria nos tense de tal modo que el rictus de la boca, el gesto de la cara se encuentre tan apretado, y no nos damos cuenta.

Muchas veces, por la mañana sentado observo el gesto al andar de las personas, su cuerpo, su cara, su rictus. Y de aquello que hablamos, resulta muy sorprendente, alucinaríamos; pocas personas se encuentran relajadas.

Voy a ir comentando algunos puntos a los largo de los próximos meses que nos pueden ayudar a transformar, a disminuir esa ansiedad.

Pequeños gestos para apaciguar la ansiedad:

-Una vez te aparezca la ansiedad, ponle nombre "ansiedad", y no dejes que te arrastre el pánico. Aprende a observala, eres tú, son tus tensiones. Ponte las manos en el abdomen, y siente las yemas de los dedos.

-Si ves que te puede la ansiedad, realiza alguna actividad que distraiga tu mente, algo tranquilo que te de presencia, algo que te proporcione  disfrute.

-Prueba a delegar y a no exigirte a todas horas, a pasar de la lista interminable. Experimenta el placer de ver que no pasa nada.

-No te sientas tan responsable. Transforma tanta responsabilidad y tantas obligaciones en momentos para ti.

-Prueba a desdramatizar. Observa la ansiedad y pon nombre a lo que crees que la produce. A lo mejor es una ficción mental que ha crecido y no es tan tan tan importante como crees.

-La vida nos suele equilibrar si le damos la cuenta justa.

-Juega, juega, juega. Ríe, ríe,ríe. Baila, baila, baila.

-Prueba a dar paseos observando la vida: los árboles, los niños, el sol, las flores. Huye de tanto mental.

-Mira de frente, tranquilo y digno. El mirar la vida te trae al ahora.

-Permanece atento a los pequeños detalles que te hacen feliz a ti y a los que amas.

-La ansiedad no deja de ser un juego de sombras. Busca tu luz. Alimentate de aquello que te trae luz. No sigas rutinas que te den sombras y que te lleven a las cloacas de tu ser.

-Planta semillas de momentos, de emociones, de sentimientos que te hagan feliz, y dejalos crecer.



Stevie Wonder-"Superstition live on Sesame Street"

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Abril del 2011



lunes, abril 18, 2011

Essaouira, Moroko, Africa


A primera hora de la mañana del lunes en la costa atlántica africana, por la tarde en Sevilla, luego en Beas pa´ver a los burritos, y ahora en Huelva.

 Fin de semana en África volviendo de un lugar, Essaouira, donde llegue por primera vez hace 23 años, cuando estudiaba primero de carrera.  Por entonces llegue con un tambor y unas pocas pesetas en el bolsillo junto con Eduardo, Paloma y unos amigos.....

Ahora todos hemos cambiado, pero en esencia seguimos disfrutando de la alegría de vivir, de la belleza y de la magia, de la música árabe y africana, de la mezcla, de los colores, de la luz.

Y seguimos enamorados.



El "tempo" africano me apasiona, porque no hay tempo, hay fluidez y calma, hay momentos, hay estados de ser. Mucho se va perdiendo, pero los lugares especiales permanecen y la amabilidad de sus gentes también.

Es tarde, y ha sido un día, un fin de semana intenso, donde he disfrutado a plena presencia de cada instante.

 Mañana será otro día.



                                                                     
AfroCubism - 'Nima diyala' live
http://www.youtube.com/watch?v=eOMxaK4GMyE&feature=relmfu


Oumou Sangare 'Seya'
http://www.youtube.com/watch?v=7pR1z5mST4E

martes, abril 12, 2011

La presencia o el olvido


                                                                                  
Desde hace unos días tengo un gallito. Se llama Kiriko. Estamos muy felices con él. Es un tío muy chulo que no para de cantar en cuanto nos ve, haciendo acto de presencia. Su canto a la vida me enternece, me llena, me hace feliz. Esa alegría de estar y cantar y cantar.

Nos lo ha regalado un amigo que cría aves, Kiriko es de esta tierra, un gallo andaluz.

Hace dos mil quinientos años, hablamos de hace muchisimas generaciones, un hombre llamado Buda comento a un grupo de gente que le oía en una charla muy hermosa; decía que simplemente dándonos cuenta del acto de inspirar y espirar, algo podría cambiar en nuestras vidas. Que si nos sentamos a meditar, y si fijamos nuestra atención, nuestra mente, en  la inhalación y en la espiración, con la práctica notaríamos cambios fundamentales en nuestra vida.

Lo llamo la respiración consciente.

 En nuestra vida cotidiana nos encontramos perdidos muchas veces en una realidad mental y emocional que no es real, entre nubes permanentes de hacer, de no hacer, de no estar, de preocupaciones sobre situaciones que no existen, con miedo acumulados o por descubrir, de angustias, de competir, de acumular, de ganar, de ansiedades que nos alejan de lo que somos y de lo que vivimos en ese momento.

Buda era una persona sabia, el inicio de la charla es sólo eso, luego viene mucho más, pero sólo ser conscientes del acto de respirar no es fácil, e implica tantísimo que vamos a comentar sólo un poco.

Supongamos que me encuentro alienado entre nubes, y la vida pasa delante mio, y yo fragmentado entre tantas nubes no oigo el canto que sale de mi corazón y que me dice lo que soy, pues soy un puzzle con muchas piezas sueltas.

Supongamos que eso, aunque parezca increíble me hace olvidar quien soy. Y me ciega ante lo que es realmente importante en la vida.

Si sentimos la respiración, por ejemplo, podemos darnos cuenta que estamos vivos, sí, ya no estoy en una nube, estoy aquí, ahora, y la respiración consciente me lo recuerda. Eso me da presencia, me hace presente de mi presente, y si practico puedo darme cuenta que lo más importante en mi vida en ese momento es lo que estoy viviendo. Por ejemplo si estoy hablando contigo, tú eres lo más importante, no estoy pendiente de lo que tengo que hacer luego o lo que hice. Tú eres lo más importante.

Entonces si respiro conscientemente, me doy cuenta que soy lo más importante, y que tú también. Lo difícil es darse cuenta y entregarse sin miedo, sin angustias, sin pesares al momento. Ligero como el canto de Kiriko.

Entonces ese simple acto de darme cuenta de inspirar y espirar me hace presente el presente, y me da presencia. Pero también me serena, sí, me hace pacifico. ¿Resulta increíble verdad?. Es decir nos serena la vida, nos trae paz a nuestra existencia.

El canto de Kiriko me recuerda que debo darme cuenta de mi presente. Que cada momento es un lienzo en blanco que yo puedo pintar con los colores que desee. Hacer más pacifico y feliz mi presencia y de aquellos que amo.

La respiración consciente es como volver a la vida, es volver a  nacer.


Compay Segundo - Chan Chan

                                                                          

                                                                             

jueves, abril 07, 2011

Cuidando el jardín, transformando la maleza


La foto es del jardín ecológico de Isidro y Nines, a los que fui a ver el otro día. Fue un día maravilloso de disfrute y de compartir. El ver el amor con el que mantenían su huerto me hizo reflexionar.

Ahora con la primavera crecen mucho las hierbas y la maleza en mi casa. Como he metido a los burros en un cerco inmenso, ya no tengo quien se coma toda la hierbita alrededor de casa y la deje limpia, así que poco a poco voy clareando, pero la hierba es perseverante y con nada de humedad crece a lo loco, y cada vez resulta más difícil moverse.


Por lo que con cuidado voy sacando la hierba de alrededor de los frutales, o de los rosales, o de la vid, o de todo aquello hermoso que he plantado y que cuido con tanto mimo. Riego lentamente y permaneciendo atento. También de la cuadra recojo el estiércol de los burros, y voy repartiéndolo por lo árboles. Me gusta la idea con respecto al estiércol que es hierba que nace, que comen lo burritos, que luego fertiliza, y que alimenta al árbol, y que luego el árbol me ofrece su hermosura o sus frutos. Es un círculo mágico.

Soy un jardinero bajo el sol, y no me puedo despistar, ser jardinero requiere atención y esfuerzo.

La mente es como un jardín, donde crece maleza que nos nubla, y nos hace infelices. Por ello es importante cuidar nuestra mente, cuidar nuestro espacio interno, saber cuidar la tierra de lo que somos y habitamos en nuestro interior. Somos caos, pero si nos esforzamos en ser unos jardineros atentos, podremos reconocer la maleza, transformarla en un buen abono para que convierta la tierra en terreno fértil para las semillas hermosas que podemos plantar.

Si yo reconozco que soy un quejica, o que mi corazón realmente se alimenta del amor que siento. Puedo transformar la maleza de mis quejas en una semilla diferente, por ejemplo darme más en el amor, y así aquella maleza que era una queja, se transforma en un fruto que no para de crecer en positivo.

Cada uno ha de darse cuenta de su maleza, cada uno ha de buscar su espacio fértil, cada uno ha de plantar las semillas que le hagan feliz, cada uno ha de alimentar sus semillas, y tener la capacidad de ver crecer la flor. Aquí no caben creencias, que me lo haga otro, o que me tome una pastilla. Si nos llenamos de maleza perdemos espacio interno, y nos vemos aprisionados e infelices, nos cuesta respirar.

Puedo plantar semillas de comprensión, de amor, de paciencia, de responsabilidad, de entrega, de tantas cosas, el universo es amplio y está lleno de semillas, sólo cabe descubrirlas y experimentarlas.

Y así puedo tener mi jardín con flores hermosas que puedo compartir, atento a caos de la maleza, consciente de lo que puedo cultivar.

Antonio Flores-Cuerpo de mujer

http://www.youtube.com/watch?v=FvJJlj0Pzbs












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