domingo, febrero 12, 2012

Unas hojas de lechuga, un anciano sereno

                                                           


"La solidaridad significa mancomunarse.
La solidaridad es cosa alegre.
La solidaridad trae ventura.
Solidaridad significa ayuda mutua."
Pi / La Solidaridad (El mantenerse unido)
del I Ching "El Libro de las mutaciones"


Los tiempos cambian, la vida cambia, todo muta.

Cada vez hay más familias que no disponen de ingresos.No pueden pagar un alquiler, una comida, unas medicinas. No hace falta ver las noticias ni leer un periódico. No hace falta leer un titular y olvidarse luego de ello.

Cerca de nosotros, un amigo, un vecino, un familiar. O simplemente con observar más atentamente la situación en las calles. Nada más.

Hay muchos casos, muchas situaciones.

La situación, insisto, es complicada, pero también hay mucha alegría, mucha felicidad, y también hay que llevar la atención a ello, o colaborar para crear dichas situaciones, emociones o sentires que traigan alegría. Hay pocas cosas más hermosas que compartir nuestra sonrisa con el otro, con otro ser, es un regalo.

Cuando ando por las calles, cada vez veo más personas buscando entre los cubos de basura. Ancianos, jóvenes, personas de todas las edades. 

Lo que eramos una sociedad hedonista, ya lo sabíamos. También que somos personas con esperanzas, y se me rompe el corazón ver a un anciano recoger cuidadosamente a mediodía en plena calle unas hojas de lechuga de la basura, de los restos de un comercio cercano para poder comer. Impávido el anciano, sin miedo al que dirán, bien vestido, sereno, ajeno al permanente transito de personas. Pero no había efecto espejo, efecto de empatía, nadie le miraba, se le ignoraba, era como un elemento más del paisaje urbano. Me parece que somos mucho más que eso, y no podemos permitirnos quedarnos como estatuas ante estas situaciones. En anciano me miró y nos sonreímos, nos comprendimos, nos compartimos. Hablamos. No voy a contar su historia.

Y a pesar que la situación sea tan complicada, no hay que tener miedo y no hay que perder la esperanza. Hay que mantenerse sereno. Se tiene miedo a convertirte en parte del paisaje, en un recolector de lechugas y por ello uno es insensible.

Es importante no perder la solidaridad, el llevar la atención hacia el otro, en ser consciente de la importancia de apoyarnos unos a otros. Es importante nutrirse de los otros.Todo se encuentra relacionado. Acostumbrados a discriminar, a dividir todo en compartimentos, a aislarnos en nuestra isla material y emocional. Creo que hay que darse cuenta que el otro soy yo, que el otro eres tú, por hay que estar con el amigo, con el vecino, con el familiar, con el desconocido en la que su situación ha mutado a una situación adversa o simplemente diferente a la tuya.

Un árbol vive gracias a sus vecinos del bosque, gracias a los pájaros, a la lluvia del cielo, a la tierra, al sol, a las nubes, al abono, a tantas y tantas ayudas. Todos se ayudan, todos se encuentran relacionados para convivir.

No hay que andar ciegos por las calles, no hay regodearse en si uno es afortunado y otro no. Sin el otro no somos nada y cualquier pequeño acto, palabra, mirada o sentir que nos haga participes de la situación, del corazón del otro, nos hace darnos cuenta que no hay que perderse en la ceguera de la omisión.

A lo mejor estos tiempos nos hacen reflexionar en que es mucho más importante compartir que acumular, abrazar que rehuir, dar que guardar, hablar que callar, amar que despreciar, sonreír que estar aprisionados o enojados.

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Febrero 2012






domingo, febrero 05, 2012

La postura y el espacio para meditar



"Avanzar en la práctica es una cuestión de cotidianidad...un compromiso total con el sentarse inmóvil"
                                                                                         Dogen

Es importante disponer de un lugar en tu hogar donde puedas meditar con cierta frecuencia de un modo tranquilo. Según vayas meditando el lugar va adquiriendo tu presencia, es como si la habitación absorbiera tu pregnancia, tu paz, tu sentir, tu nueva estructura que surge de meditar.

Puedes colocar una figura que simbolice la serenidad o alguna otra  cualidad que te motive. En mi caso tengo un buda. Es bonito tener cuidadosamente despejado tu espacio de meditación. Yo tengo el buda, al que de vez en cuando ofrezco una flor introducida en un pequeño bote de mermelada vacío. Una flor recogida en algún paseo.


La ropa que lleves no ha de ser apretada. Yo suelo abrigarme y me coloco una mantita sobre las rodillas

Sobre el suelo pongo una manta o una esterilla,  y encima un zafu de meditación. Un zafu de meditación es un cojín relleno de miraguano, espelta, arroz, algodón... que se usa para meditar, en realidad puedes usar lo que desees, cualquier cojín. Lo que sí veo importante es sentarse en el cojín pues la postura de meditar se puede mantener así de un modo mucho más cómoda, y el cuerpo,  y sobre todo la espalda se encuentra más libre y menos aprisionada.


Una vez sentado en el zafu, cruza las piernas, bascula el culo de un lado a otro para abrir las nalgas hasta sentir que encajas, es decir que sientes la base de la columna asentada. Sentirás tu pelvis más liberada y te darás cuenta que las rodillas que tocan el suelo, que junto con el coxis forman un triangulo que te da estabilidad.

No es importante la postura de loto ni nada parecido, sólo es importante la decisión de sentarte a meditar, usa una postura con las piernas en la que te encuentres bien.

La espalda ha de estar erguida, esto significa que tu abdomen ha de estar largo. Cuando doblamos la espalda el abdomen se desarma. Por tanto abdomen largo y barbilla en su lugar. Estira la nuca sin tensión y deja caer los hombros. Da peso también a la parte baja de la espalda. Es decir has de estar derecho, sin inclinarte hacia derecha o izquierda, o hacia adelante o atrás.

Si no has meditado nunca realiza pequeñas meditaciones para ir acostumbrándote a la postura. Una vez encuentres la postura todo es más fácil. Si el cuerpo tiene sosiego la mente también.

Cualquier momento es bueno para meditar, cualquiera.

De la meditación surgen tantos aspectos positivos que sólo cabe que los experimentéis.

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva, Febrero 2012



miércoles, febrero 01, 2012

Sentado ante la inmensidad






"Todo lo que toco se vuelve nuevo"
Truc Lam Dai Si, maestro zen del Bosque de Bambú


Y dije: "Vamos por este caminillo",
y andamos, y andamos por el caminillo de cabras,
y frente al mar, allá en lo alto, alguien había hecho un pequeño banquito de madera a modo artesanal. Un banquito para sentarse, y observar la belleza, la paz, la inmensidad. Un banquito para estar sentado, para respirar, para sentir. Para disfrutar de la quietud. Nos sentamos.


Y ahí sentado me puse a dibujar a lápiz lo que veía. Me encontraba muy feliz. Sentado, sintiéndome mar, roca, aire y sol. Respirando en mi integridad, en mi totalidad.  Sintiendo en cada instante la vida. Sintiendo que soy parte de todo y que todo está en mí.


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