sábado, septiembre 29, 2012

Hoy estuve en una concentración



En una concentración de ciudadanos en la plaza de la Constitución.
Personas de todas las edades, éramos muy pocos, pero estábamos.

Hoy decidí salir y juntarme con otros ciudadanos.
Hoy sentí que tenía que estar ahí, y estar siempre que pudiera.

No puedo  permanecer más en casa.
Viendo lo que veo.
Sintiendo lo que siento.

Hoy decidí empaparme, mojarme, involucrarme.
Por mí, por las personas, por lo que ocurre. Por todo.

Tracy Chapman-"Talking about a revolution"

miércoles, septiembre 26, 2012

Parada y fonda para sentir



A mí me gusta que mis clases tengan pauta, espacio, pequeños instantes donde las sensaciones tengan su momento en ese espacio de calma que vamos creando entre todos.

He comentado ya alguna vez que no creo en el fin de la asana, es decir en la figuritas flexibles, creo en la presencia que se crea cuando el alumno siente su cuerpo, siente su respiración, siente su atención dirigida a su interior, y de ello surge una calma, un momento, un instante que se prolonga, pues cuando nace y se alimenta supera las barreras de la propia clase para imbuirse en nuestras vidas.

Por ello me gusta la parada y fonda tras un trabajo específico con asanas, ya en dinámico, ya en estático, ya en pequeños vinyasas (pequeñas series), ya en lo que surja. Parada y fonda significa detenerse, pararse y sentir, colocarse las manos en el abdomen, sentir tu respiración, educar a tu atención a sentir tu calma, observar como avanza la clase y las capas de lo superfluo caen, y uno profundiza y se encuentra con el agua calma, y en esa parada y fonda le da tiempo a escuchar, a dialogar, a ser empático, a quererse, a reconocerse a él mismo.

Si uno vive en calma la vida es más hermosa y hay más claridad de lo que somos.

Nuestra mente no es la única que habla y posee la verdad, si nos educamos para escuchar el cuerpo, el cuerpo también nos habla, si nos educamos para escuchar a la respiración, la respiración también nos habla. Si nos educamos para estar atentos, la vida siempre estará al lado nuestra, no estará adelante o atrás.

Uno de los significado del yoga es unión, si unimos todos esos elementos que nos conforman con sus diferentes canales de información, si nos damos cuenta que en asana aprendemos a re-equilibrarnos, si proyectamos eso a nuestra vida diaria, nos daremos cuenta que disponemos de todo ello para aprender a adaptarnos a cada momento, a equilibrarnos, en definitiva a cuidarnos teniendo como base unos elementos de información que surgen de lo íntimo de nosotros.

La parada y fonda es conectar con la calma, es tener la capacidad de detenerte, es encontrar el fluir de la vida sin estar acelerado ni proyectado en ninguna telenovela mental. Es conocer tu realidad, es dialogar con ella con una actitud abierta.

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
26 de Septiembre 2012



martes, septiembre 18, 2012

El chicle emocional y el centro




Con la práctica del yoga aprendemos a observarnos. Entre todo aquello que observamos se encuentran las emociones.

Muchas veces nos invaden de un modo tan poderoso que ellas se apoderan de nosotros, de nuestro actuar, de nuestro hablar, de nuestra respiración, de nuestro cuerpo. Forman nudos. Muchas generan enfermedades o simplemente nos condicionan tanto que dejamos de ser lo que somos para ser algo extremo o algo no ubicado en el centro de nuestro sentir. Ese centro real.

Me gusta el yoga porque su práctica te lleva irremediablemente a un centro, un centro interno donde sabes siempre, con plena seguridad empírica, que ese es tu centro, que ese es tu lugar de paz, que en ese lugar el agua está calma, que desde ese lugar puedes observar  dando nombre a aquello que te ocurre y poniendo los medios para volver a ese centro. Uno se da cuenta que ha traspasado sus límites, y el darte cuenta es la conciencia que te da el yoga. El darte cuenta que sí es posible vivir en armonía contigo mismo.

Es maravilloso sentir emociones. Es importante distinguir, discernir, dar nombre a aquello que nos emociona. Distinguir en caso de que se apodere de nosotros para poder así transformar, menguar y equilibrar.

 Muchas de las emociones son reactivas, es decir no hay un espacio entre aquello que produce la emoción y la reacción ante ello. El yoga te crea el espacio, y donde hay espacio hay aire, y donde hay aire hay vida.  En lo anquilosado, en la inmovilidad y repetición que produce apegarse a una emoción dañina simplemente su propia estrechez te impide actuar con cierta claridad. No hay horizonte. Eso es el chicle emocional. Lo llamo así porqué te quedas apegado como una lapa, y lo masticas y lo masticas reiterando su sabor dañino.

Somos algo más que la emoción, y desde ese centro podemos estar atentos. Lo importante es darnos cuenta de ese centro, darnos cuenta que existe. Una vez que lo sintamos, alimentamos sin parar ese sentir y de ese sentimiento que nos invade nace una nueva forma de llevar la vida, esta vida tan hermosa. Entonces las emociones buscan un espacio propio dentro de nosotros, un espacio que es nuestro corazón, es el corazón el que las filtra dándoles otro sabor, otra proyección, otra realidad.

Lévon Minassian- Concierto


domingo, septiembre 16, 2012

Sintiendo la postura





En clase practicamos mediante posturas o asanas. ¿Qué entiendo por asana?.

El yoga es un estado del sentir. Es un despertar de nuestra sensibilidad. Un viaje hacia nuestro corazón.
Asana no es ser flexible, no es perderse en la forma. ¿Qué quiero decir con esto? quiero decir que estar en postura no es llegar lo más lejos posible, tampoco torcerte de los modos más inverosímiles. Es un aprender a estar, a ser. Es comprender como eres.

Cuando estamos en postura es importante no estar tanto en lo mental, en la proyección, en la forma, en lo que crees que es la meta. Es que simplemente en postura no hay meta, hay viaje.

Vayamos al grano: Estamos en postura, sentimos el cuerpo, sentimos la respiración y centramos la atención en lo que nos transmite en ese momento nuestro cuerpo y nuestra respiración. Según practicamos el cuerpo se amplia, es decir cada vez somos mas conscientes de nuestro cuerpo, de sus músculos, de sus partes,de sus fibras, y nos damos cuenta que para mantener la postura todos han de ayudarse, de compensarse, de entenderse.

Si estamos perdidos en la forma, en el final, todo será esfuerzo y quien actué, el protagonista será el ego, el afán, la lucha, el querer demostrar algo. Lo importante es restarse importancia personal, es abandonarse a sentir lo que eres. Entonces vamos comprendiendo que sólo algunas partes son mas necesarias que otras para mantener postura, pero todas participan pero a su modo, aportando cada una su granito de arena.

La respiración nos comunica directamente con nuestro cuerpo, diría que con nuestro espíritu. Ella insufla vida a cada una de las partes, relaja allá donde hace falta, da tono allá donde es necesario. La respiración también es un eje importante en la atención, en la actitud interna que hay que mantener, en el recordatorio permanente de ese viaje en el presente que haces en ti. La respiración regula tu actuar, tu energía, tu emoción y tu calma.

Todo ello y mucho más es asana. Es un comprender. La postura se comprende, no se alcanza. Lo que antes eran fragmentos dentro de ti adoptan una unidad. Tu verdad no sólo lo da lo mental, tu cuerpo también habla, tu respiración también habla.

Sólo hay que empezar, ser constante, honesto contigo mismo. El objeto de la práctica eres tú. Tú sientes sobre ti mismo, tú eres quien aprende de aquello que observa y siente.

Sin sentir no hay yoga, hay otra cosa.

Y entonces según profundizas en asana, en la comprensión de tu actitud, cuando estás en postura las capas se van rompiendo, y oleadas de sensibilidad, de vida te enseñan a ser un poco más libre, un poco más pacífico, un poco más paciente, un poco más comprensivo, un poco de algo más de aquello que no eras antes, o por lo menos te enseña a comprender por que no eres a veces pacífico, ni paciente, ni comprensivo. Da luz a lo que eres, ilumina lo que sientes, y eso, es cojonudo.

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Huelva

Sugar Pie Desanto- "Baby what you want  me to do" and "Rock me baby"


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