lunes, agosto 12, 2019

Centro perceptivo en yoga


¡Levántate! ¡Despierta!
Acércate a las bendiciones superiores y compréndelas:
el afilado filo de una navaja, difícil de atravesar,
¡difícil es el camino: eso dicen los sabios!

Katha Upanisad 3, 14

Cuando el eje es silencio, la vida va fluyendo a través de dicho silencio. El camino tiene un anverso, un reverso, y luego no hay camino: es silencio. Al inicio hay que encontrar el centro del círculo, reconocer su perímetro, habituarse a vivir en él: es el anverso. Su reverso es la propia sombra que acompaña al camino, uno cree que es el opuesto, pero no lo es, simplemente forma parte de la unidad equidistante al eje centrado. Desaparecido el círculo, se asienta el silencio.

El eje centrado es el eje del silencio perceptivo. La visión observa tu vida, sus desfases. El silencio lo absorbe y lo escupe. La propia percepción en un continuo afinar: acoge, filtra y desecha. El desechar es la atención silenciosa que solo está atenta a lo que la alimenta. En realidad, el desecho es flor. De acuerdo a su alimentación, mayor profundidad de penetración de la propia vida.

Si estoy insertado en la profundidad de mi vida, donde el fluir actúa por sí solo, acojo igualmente la vida y penetro en la vida. Ello se mueve por energías, uno las va reconociendo, y es el propio silencio el que diluye y adapta su fuerza vital.

Si reconozco mi espíritu, reconozco el tuyo. Si veo mi alma, veo la tuya. En clase o en taller de yoga el grupo se moviliza de acuerdo a las energías que, en realidad, pasan a través de mí, pues el eje percibe lo sutil y conecta con el tuyo.

Uno es un filtro del espíritu del bosque. No es ningún protagonista.

Las diferentes sensibilidades que atañen a este andar particular no son nada fáciles de conjugar, para ello hay que crear permanentes condiciones. Se conjuga hacia el eje sensible.

 Que cada uno las encuentre, sus sensibilidades, y la sensibilidad subyacente.

Kelsey Lu-"I´m Not In Love"

Artículo escrito por Carlos Serratacó
Escuela de Yoga y Conciencia
Asociación Onubense de Yoga
Huelva


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Q me gusta volver a leerte..... Muakisssss de parte de la loba ����

Carlos Serratacó dijo...

Hola loba. Cada mes la luna persigue al sol hasta deslumbrarnos con el movimiento de las aguas y la tierra, en us refulgir. Entonces el lobo mirando al cielo estrellado canta a la luna aullando.

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