martes, abril 02, 2024

Vivir sin red, un andar por el yoga sintiendo los pies


"Nos sujetan y nos dan la verticalidad, nos enraízan y nos dan la realidad,
encerrados los tenemos: ¿Cuándo los liberaremos?
Carlos

 

Soy de pies grandes, y antes de empezar a practicar yoga calzaba un 44,5. Tras bastantes años de práctica, ya calzo un 46. Resulta curioso que según progresaba en mi yoga los zapatos se me iban haciendo pequeños, y que a su vez mi mirada de la realidad con un pie pequeño, ha mutado a una realidad igual de grande que mi pie ahora. 

El mundo es de una mayor amabilidad y más amplio. Antes mi mente era más cerrada y limitada, estaba más pendiente de mis propios egoísmos, ahora no es así, soy de una mayor empatía y compasión. También según iba cambiando de zapato me iba quitando tantos ropajes, y ahora con poco, voy cómodo, y tampoco hace falta que sean de ninguna marca, no me siento adherido a Ser por una etiqueta. Calzo un 46 que crece, y con ello Soy. 

Entiendo que un día dejara de crecerme el pie, y ya me he ido preparando para ello: lo aceptaré sin lamentarme. Entiendo que llega un punto que pisar tanta realidad necesita cierto humor, y de ello soy consciente.

Tantos millones de veces poner atención a las partes de mi cuerpo que se apoyan, y de ahí sujetar las posturas me han convertido en un Pies Grandes, pero también la piel que se apoya, y mis brazos, mis piernas, mi tórax, mi espalda, y mi cabeza, parece que le han salido ojos, multitud de pequeños ojos vivos, y de mirada vivaz. Sus poros se enraízan y parecen micro adhesivos de quita y pon, respiran, y hablan en su propio idioma, y parecen un sentido más, me colman de información. He tenido que aprender a discernir de un modo más sutil e ir desechando la información inútil para quedarme sólo con lo que me hace falta en el momento.

A su vez, con tanto pie he perdido el miedo a caerme, pero a caerme en cualquier lado, ya sea en el suelo, en casa, laborando, en amores, en amistades,y en mente, o en la propia vida, en lo que sea. Deben ser los dedos que se han alargado y me sujetan lo que me permite vivir sin red, o quizás sea este yoga loco. En todo caso, mola. No me siento tan agarrotado y noto la cabeza más ligera, no con tantas densidades.

 Eso sí, si dejo de practicar me caigo. Antaño pase unos meses en cama, y al levantarme y sencillamente apoyar el pie, se torció, y de ahí a un esguince de grado tres. Me quede enyesado. Me di cuenta entonces que mi mente también estaba enyesada, así que trabaje de un modo arduo para volver a recuperar mis pies, y mi mente, y así pude volver a ponerme en pie, y liberar mi cabeza.  Menudos pies, menudo aprendizaje.

Hasta ahora no encontraba relación entre mis pies y mi cabeza, pero ahora me doy cuenta, que la realidad y la ficción no crecen a la par, y que es mejor sentir los pies para ir equilibrado.

A veces coloco un pie sobre una superficie inestable y el otro pie lo pongo en el aire. Resulta sorprendente, pero me mantengo en pie sin caerme, debe ser la superficie que se apoya, o esos poros sensibles, o sencillamente que ahora dispongo de mayor ajuste al no tener miedo. No lo sé. Tampoco me importa. Practico y disfruto de mis pies grandes, y de que se sujeten, y me mantengan atento.

Siento más adherencia a la tierra, y a la naturaleza vital, incluso a veces siento que soy un árbol más, y que da frutos y todo, y me siento dichoso con ello. Quién iba a decir que mis pies me iban a producir tantos descubrimientos y sorpresas al pasar de estar encerrados, a crecer de un modo tan desmesurado. 

Al final, como decía, me he dado cuenta, entonces, que vivo sin red,  en la realidad y en virtual, pues no me hace falta ni uno ni otro,  eran como telarañas invisibles que se apoderaban de mi alma, y lo cierto que es un alivio salir de esas prisiones según me iba encontrando a mi mismo pisando el suelo, y sintiendo como me enraizaba. Ha sido lento, algo extraño, pero es una metodología que sugiero: sentir tus pies, sonriendo, y si no sonríes, por lo menos siéntelos.

The Commitments-"Mustang Sally"

Artículo escrito por Carlos Serratacó

Huelva, Abril 2024

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