domingo, octubre 02, 2011

Atención y felicidad



Estas semanas estamos hablando de aspectos del yoga que nos pueden ayudar a mejorar nuestra vida. Hoy comentaremos brevemente el tema de la atención y felicidad.

Supongamos que pensamos que nuestra mente va por libre, también que todo lo que dice es cierto y también que nuestro cuerpo en realidad no tiene casi relación con nosotros. Que somos un marcianito colocado dentro de nuestra cabeza y lo demás nos estorba.

El yoga va creando unas relaciones amigables entre las diferentes partes del cuerpo: siento el pie, la pierna, la rodilla, el gemelo, etc. Es decir voy cartografiando mi cuerpo. Hmm, interesante, es decir no soy sólo ese pequeño ser metido en la cabecita, soy algo más.

Por otro lado nos pasamos todo el día respirando, pero no somos conscientes de la respiración, al menos que nos de la ansiedad y entonces nos damos cuenta que casi no respiramos.

Con el yoga vamos uniendo el cuerpo a la mente mediante la respiración. Esa mente dictatorial que va a mil por hora se va dando cuenta que no es nuestra dueña y se va haciendo amiga del cuerpo, y por otro lado la respiración me va abriendo espacios en mi cuerpo, hmmmmmm y me noto menos "apretao". También me doy cuenta que todo lo que pienso no es cierto, y no tengo porque hacer ni dejarme invadir por sentimiento dañinos de todo lo que me viene a la cabeza.

La respiración nos calma y nos crea nexos de unión con nosotros, algo completamente olvidado por el permanente hacer y por la sensación de que siempre nos falta tiempo. Sí, nos falta tiempo de estar con nosotros.

Una vez creados los nexos, la unión -mente, respiración, cuerpo-, una vez creado el dialogo, aparece la calma. Hemos transformado la experiencia. Hemos dejado de estar ciegos. Surge una sonrisa interior.

Somos producto de lo que hacemos, y si estamos permanentemente atentos a lo externo, sin dedicar un rato a crear relaciones internas entre nuestras partes, estaremos fragmentados. Por eso es hermoso ahondar para luego florecer.

Si uno genera nervios, emite vibración de nervios.
Si uno respira paz, emite paz.
Uno atrae lo que emite.

Si mi mente fragmentada se alimenta de la irritación, del enfado, de la infelicidad, esa rutina es la que seré y me iré aislando.

Si me mente, mi cuerpo, mi respiración fluyen al unísono me adaptaré mejor al día a día, sentiré teniendo parámetros más objetivos. Y si a mi atención la acostumbro a disfrutar de lo que me hace feliz, tendré mayor facilidad para generar dicho estado.

El yoga genera un estado de atención permanente, que se encuentra relacionado con un estado de calma y relajación, donde tiene una íntima razón de ser una respiración profunda y tranquila. Todo ello te permite ver con mayor claridad pues el terreno que pisas es  firme, y desde ahí se ve el horizonte con toda su belleza, y hay espacio, espacio por todos lados.


Celia Cruz - Guantanamera 


4 comentarios:

MariAn Vidal dijo...

Muy cierto, master! Los placeres más profundos del alma los vengo experimentando desde que empecé a hacer las paces y a amar a mi yo de carne y hueso. Mientras más me adentro en este viaje más belleza y paz encuentro a mi alrededor y me encuento en mí misma.
Gracias por tus señales de tráfico en el camino.

Carlos Serratacó dijo...

el caminillo lo vamos haciendo juntos andando, por el carril de los lentossss,bsssssss

Peter Wash dijo...

Jajajajjajaja!!!
Me ha recordado a la peli es de Eddie Murphy: "Atrapado en un pirado". Mis niños se parten de risa con los marcianitos dentro de la cabeza del inmenso robot que es el negrata. Yo también me partí viéndola, la verdad.

Carlos Serratacó dijo...

A mi me recuerda una de la guerra de las galaxias, los robots inmensos del imperio andando por el desierto, jeje

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