domingo, febrero 24, 2013

El kiosko de la humanidad


Soy muy ligero de sueño, diría que ligerisimo. Han sido muchos años de vida en el campo a lo que sumamos que me despierto con el vuelo de un mosquito. Eso hace que aquí en ciudad, el paso de los coches en el silencio de la noche, o la propia contaminación lumínica nocturna me despierten o mi propio ser, al que le gusta la madrugada se despierte. He avanzado en que no me irrito, lo acepto y lo disfruto, lo vivo plenamente, y siento cada momento que me da ese vacío de la noche.

A las seis de la mañana abren un kiosko de churros cerca de casa, suelo ser de los primeros, suelo tomar algo y luego partir hacia el campo. Mientras tomo algo caliente sintiendo el aire frío que viene desde el mar por esa avenida grande de Huelva, observo en silencio. Las calles sin vida, y este kiosko es como una isla donde van llegando náufragos de todo tipo. El kiosko se encuentra al aire libre pero es una isla grande porque acoge a todo aquel que viene a estas horas intempestivas.

Una madrugada se juntaron, un trío de cazadores vestidos de cazadores con su chaqueta verde y su gorro-muy en su papel-; dos vagabundos lucidos y felices- sin casi ropa encima-; un padre que charlaba de su hijo con dos adolescentes que venían de marcha; unos empleados que recogen la basura y acababan su jornada nocturna-con sus carritos aparcados a la vera del kiosko; una señora con aires de tímida hablaba con un señor con aires de noctambulo, de fútbol.

-Nos encontrábamos sin hacer nada, esperando el jabalí  Pasaron unas palomas y empecé a dispararlas, le dije a Paco, dispara, pero él no lo hacía, decía que no era época. Yo me cargue las tres que pasaron.

-Vengo de trabajar de madrugada y mi hijo es tan cómodo que me pide siempre que le lleve al instituto, ya es adulto, llego cansado y le llevo porque le quiero, pero es así en todo, no mueve un pie, no sé como hacerle entender las cosas, dialogo una y otra vez con él pero nada. Como le suelto 250 al mes, vive feliz, sin ayudar en casa ni a su madre ni a mí.

-Hermano tienes un cigarro
-No, no tengo.
-¿Estas cuadrado?
-Es la ropa que abulta
-Pues yo llevo cuatro años de dieta. Hoy encontré un refugio, se lo he enseñado al colega....¿A qué te dedicas?
-Hago yoga
-Una vez entre en una casa abandonada y había una biblioteca muy grande, lo pase genial leyendo libros, había varios de yoga. Pues esta dieta que hago, pues llevo cuatro años sin comer es muy de yoga no?
-No sé
- ¿Y eso de permanecer como un cadáver?
-Eso es la relajación final, una metáfora.
- Me gustan las metáforas, te permiten soñar.

-Yo creo que tienen que traspasar a Benzema,-le decía él a ella-
-Pues a mi me gusta, lo que pasa que es que no se amolda, no le dan confianza, se siente inseguro.
-¿Con toda la pasta que gana?

-Trabajamos para los políticos recogiendo su mierda, y somos la gente honrada las que estamos aquí día a día, pagando impuestos para ellos. Dame un euro de churros, y el "cafesito sólo por favor".

Acabe mi bebida  y partí para el campo, a dar de comer a las burritas, los pollitos, los perritos y a regar a las plantitas y los árboles.

Roberta Flack- Killing me sotly (versión con Fugees)






1 comentario:

Eva Franco dijo...

Ay! q desconcertada me dejas!

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